La unidad hasta que duela es un viejo axioma de la política para marcar la necesidad de que en un sector político todos compartan los mismos objetivos.
Una verdad de perogrullo.
Está claro -en cualquier orden de la vida- que para alcanzar ciertas metas, tiene que haber un orden por un lado y una conjunción de voluntades.
La política local últimamente desde diferentes espacios políticos o frentes, el pedido o la convocatoria a la unidad se hace en forma sistemática, casi semanal.
No pasan más de siete días que desde el peronismo, el radicalismo, el pro o cualquier otro partido se esté diciendo vamos en busca de la unidad, trabajamos en pos de la unidad, la unidad en la clave, convocamos a la unidad y así podríamos seguir.
Es obvio que sí no están juntos difícilmente se pueda mostrar un proyecto sustentable en el tiempo y que brinde seguridad a los vecinos.
Siempre la primera meta de cualquier organización política es generar un orden interno.
Cuando más se pide la unidad es porque hay diferencias, recelos, diferentes miradas, que en los armados por el cierre de listas, las mismas salen a la luz.
Por ende, estaría bueno que haya un sinceramiento de manera que las diferencias empiezan a ser zanjadas entre los diferentes espacios que conforman un partido político, para así, el día que tengan que salir de sus propios claustros, locales petitero, comités o unidades básicas puedan hacerlo de una manera más honestas y creíble y no se pierdan tiempo en estériles e inútiles disputas internas.
De esa manera las energías estarían puestas en generar propuestas o iniciativas en busca del bien común, que generen futuras acciones de gobierno que puedan ser desarrolladas en nuestra ciudad.
Los personalismos, los egos desenfrenados y los intereses desmedidos atentan contra cualquier posibilidad de unidad y principalmente contra cualquier proyecto político que tenga como fin desarrollar una construcción, en conjunto, con los ciudadanos para generar el bienestar el bienestar de los vecinos de nuestro distrito.
La actualidad de nuestra ciudad amerita el esfuerzo de pensar en el todo y dejar “la chiquita” de lado.
Por eso,
Por Alejandro Sánchez- TSN Necochea