Lucio Bricka Pueblas, el “apostol” marplatense, fue condenado a 6 años de prisión por haber sido encontrado culpable de haber robado, a punta de pistola, a un hombre con el que se había encontrado en el barrio Centenario en 2017 para realizar una transacción vehícular.

Además de la condena a Bricka por “robo agravado por la utilización de armas de fuego, en grado de tentativa”, también fue encontrado culpable su cómplice, Walter Bujones, a quien el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 le impuso la pena de 7 años de prisión.

Durante el debate oral y público, el Ministerio Público Fiscal había solicitado penas más severas para ambos hombres: para Bricka 13 años y que se revocara su arresto domiciliario por considerar que existía “un aumento de peligro de fuga” y, además, por incumplimientos comprobados al salir del rango en el que debía permanecer.

Para Bujones, desde el Ministerio Público Fiscal habían solicitado la pena de 17 años de prisión de cumplimiento efectivo.

El abogado defensor de Bricka y Bujones en su alegato había solicitado la absolución de ambos por considerar que no estaba probada la participación de ninguno en el hecho.

Los jueces Alfredo José Deleonardis, Jorge Daniel Peralta y Gustavo Raúl Fissore prácticamente promediaron los planteos de las partes y otorgaron penas considerablemente menores a las planteadas por el Ministerio Público Fiscal y, además, no revocaron la prisión domiciliaria para el “apóstol” marplatense, Lucio Bricka Pueblas.

Asalto al comprador

Durante el juicio quedó comprobado que el 17 de octubre de 2017 un hombre junto a su familia habían venido a Mar del Plata desde San Martín, a bordo de un Fiat Ducato, para concretar la permuta de ese vehículo por una camioneta Volkswagen Amarok, transacción que la víctima había acordado por redes sociales.

Cerca de las 8.30 de la mañana, la víctima fue hasta el barrio Centenario, en donde se le presentó un sujeto que simuló ser el vendedor de la camioneta y le pidió que lo acompañara a una “gestoría”.

Una vez que separó al hombre de su familia, el falso vendedor extrajo un arma de fuego, amenazó al hombre y obligó a que se tirara en el suelo. Paralelamente, otro sujeto armado fue hasta el vehículo y amenazó a la familia de la víctima, a la que le exigió el dinero para la operación comercial, unos 5.500 dólares y 1.800 pesos, además de las llaves del Fiat Ducato.

“Por lo menos devuélvanme las llaves del auto y la billetera”, gritó la víctima mientras los delincuentes se escapaban, lo que alertó a dos efectivos de la Policía Local que recorrían las calles del barrio Centenario.

Los policías salieron detrás de los asaltantes y detuvieron a Bricka, quien llevaba a un revólver calibre 32. Por su parte, Bujones fue aprehendido por personal de Prefectura. A unos pocos metros de donde fue arrestado había una pistola 9 milímetros, que se descartó durante la huida.

Pasados criminales

Lucio Bricka Pueblas es conocido dentro de la historia judicial del país. Como uno de los “apóstoles”, estuvo involucrado en el sangriento motín de Sierra Chica, por el que fue condenado a 12 años.

El 16 de diciembre de 1986, junto a un cómplice, fue detenido por asaltar el banco Oceánico Cooperativo ubicado en Colón al 4900. En el robo, que contó con una puesta en escena ya que los autores fingieron ser trabajadores vestidos con mamelucos, se alzaron con un botín de 7.000 australes. Sin embargo, por esa causa fue sobreseído.

A aquella detención le siguieron otras (una por el robo al hotel Estocolmo en abril de 1989) antes de llegar al penal de Sierra Chica.

En 2006 fue involucrado en un hecho delictivo cometido en Vicente López. En verdad, se lo acusó de ser el presunto cabecilla de una banda de piratas del asfalto en la zona norte del Gran Buenos Aires.

Su última condena fue en febrero de 2010, por el Tribunal Oral N°6 de San Isidro, cuando recibió la pena de 9 años de prisión.

Bujones no es tan “célebre” como Bricka, pero también tiene su prontuario. El Tribunal N°2 de Mar del Plata lo condenó a cuatro años de prisión por un delito contra la propiedad privada.

Sin cárcel

Los jueces del Tribunal N°4 entendieron que no había necesidad de revocarle la prisión domiciliaria a Lucio Bricka, ya que al haberle otorgado la mitad de la pena pedida por el fiscal, no habría un incremento en el riesgo de fugo.

Además, para los magistrados el acusador en ningún momento alegó “la desaparición de los motivos que llevaron oportunamente a otorgar la prisión domiciliaria, esto es, los padecimientos físicos que soporta y el agravamiento de su estado general de salud experimentado durante el encierro”.

Por otra parte, los jueces tuvieron en cuenta que Bricka ya cumplió un año y cuatro meses de prisión domiciliaria, tiempo en el que estuvo monitoreado con una tobillera electrónica.

Fuente: www.lacapitalmdp.com