n una nueva decisión de impacto político regional, la Argentina materializó hoy su rechazo a la postura del Grupo de Lima frente a la situación en Venezuela al evitar suscribir un duro documento que pide elecciones libres en el país caribeño, apoya al presidente encargado, Juan Guaidó, y vincula al chavismo con el narcotráfico.
Está previsto que Venezuela celebre comicios legislativos el próximo 6 de diciembre pese al rechazo de un sector de la oposición y de la comunidad internacional, que reclaman una postergación.
El documento de la agrupación rechaza “la persistencia del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro de celebrar elecciones parlamentarias sin las mínimas garantías democráticas y sin la participación de todas las fuerzas políticas”.
Ante lo que puede interpretarse como una posible aceptación del resultado de las elecciones, en el Gobierno aseguraron que esa postura todavía no está definida y que se llegará a una resolución en base a lo que se discuta en el Grupo Internacional de Contacto (GIC), al que ingresó la Argentina el mes pasado y que integra la Unión Europea.
Los países del Grupo de Lima, además, remarcaron “la urgencia de que se investigue a fondo las conexiones del régimen ilegítimo con el crimen organizado, el terrorismo y las redes de corrupción transnacionales, el narcotráfico, la trata de personas y el contrabando”.
Una semana después de que estallara la interna en el oficialismo por la condena del Gobierno a las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen de Nicolás Maduro, la Argentina se ausentó de la reunión del Grupo de Lima, integrado por países como Brasil, Canadá, Chile y Bolivia.
En la Cancillería reiteran que la actitud oficial de hoy se trata de “marcarle a los extremos” cuál es la postura oficial del Gobierno, que en este caso marcó su rechazo a aceptar a Guaidó como presidente encargado y a los bloqueos, en línea con lo declarado esta mañana por Solá en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
En su estrategia regional que busca la moderación frente a la crisis institucional y humanitaria en Venezuela, el presidente Alberto Fernández decidió que el país no abandonará el Grupo de Lima -al que había adherido el gobierno de Mauricio Macri-, sino que permanecerá allí para transmitir su desacuerdo con la postura de ejercer presión económica y diplomática para forzar al chavismo a negociar una salida de la crisis.
Julio Borges, diputado opositor en la Asamblea Nacional de Venezuela, explicó al finalizar la reunión que en el Grupo de Lima hubo una “posición unánime” respecto de que las próximas elecciones están “deslegitimadas” y que deben suspenderse. También aseguró que el grupo de países considera que “Venezuela es el santuario del crimen organizado, del narcotráfico” y que puede “abrir las puertas a que toda la región se contamine con corrupción”.
“Se debe seguir presionando más y más para lograr reventar la dictadura u obligar un proceso de transición democrática en el país”, dijo.
El mandatario, además, había afirmado semanas atrás, en una entrevista radial, que su gobierno no reconoce a Guaidó como el presidente encargado.
Fernández había dicho que su administración “nunca” desconoció “la legitimidad del gobierno de Venezuela” y que “Guaidó no fue reconocido como lo hizo el gobierno anterior”. Lo dijo en una tensa entrevista con el periodista Víctor Hugo Morales en la radio AM 750.