La gobernadora bonaerense buscará ser reelecta y si gana se potenciará su figura hacia el plano nacional; los milagros que esperan en Juntos por el Cambio
María Eugenia Vidal está convencida de que “no hay recetas mágicas” para ganar en las PASO porque cree que la forma de gobernar no se cambia en campaña. Pero en este domingo se juega todas sus fichas en el distrito electoral más grande del país donde apostará a dos ejes centrales que podrían actuar como hechizos para lograr su buscada reelección: cosechar más votos que Mauricio Macri y alcanzar una masiva participación ciudadana en las urnas que perfore el techo histórico del 80% del padrón bonaerense.
Como cábala de un ritual reiterado en cada comicio, Vidal desayunará esta mañana junto al vice gobernador Daniel Salvador y cinco candidatos a diputados nacionales en su casa de la base aérea de Morón, luego irá a votar al colegio parroquial Don Bosco y más tarde compartirá un almuerzo en familia antes de partir al centro de campaña de Juntos por el Cambio en Costa Salguero.
Vidal busca gobernar por otros cuatro años la provincia de Buenos Aires pero sabe que si gana y Macri también reelige, el día después de los comicios llegará la inevitable pregunta del millón: ¿estará en carrera para avanzar en su proyección a nivel nacional como eventual sucesora para la presidencia?
A Vidal no le gusta hablar de eso. Más bien le molesta que le hablen de una eventual candidatura presidencial. “Sería un error mirarlo de esa manera. Si ganamos, no gana Macri ni Vidal. La gente vota a quien representa mejor en un momento determinado, y los políticos confunden eso con que te den un cheque en blanco y que tenés todo el poder”, dijo hace una semana a Infobae la gobernadora bonaerense a modo de respuesta.
La mandataria tendrá una fuerte presión de cara a la próxima partida presidencial si gana en estas elecciones. Deberá enfrentar un triple desafío: realizar una buena gestión, luchar con la interna de su propio partido que tendrá más candidatos para suceder a Macri (como Horacio Rodríguez Larreta) y romper el maleficio bonaerense: ningún gobernador de la provincia llegó a la Presidencia a través de las elecciones.
En lo inmediato, Vidal se enfocará en el largo camino que resta de aquí a octubre. “La suerte ya está echada y la moneda en el aire”, graficó ayer a la prensa uno de los colaboradores de Vidal al evaluar lo que ocurrirá en este domingo de PASO.
En las últimas semanas el equipo de campaña de Vidal la veía por abajo de Axel Kicillof. Pero la gobernadora bonaerense no cree en las encuestas y en su fuero interno asegura que la realidad de la calle le dará un espaldarazo fuerte a su gestión. Así, durante la campaña de las PASO Vidal buscó fuertemente el voto en sectores jóvenes, jubilados, sectores bajos que recibieron la obra pública de la provincia y subrayó el combate contra el narcotráfico.
La apuesta mayor de Vidal en estas PASO es lograr más votos que los que pueda ofrecer Macri. Bajo esta estrategia es que jugó fuerte en la tercera sección electoral, aquella donde se concentra el apoyo al peronismo más fuerte y Cristina Kirchner suma mayores voluntades de los sectores bajos.
El equipo de campaña de Vidal conformado, entre otros, por el ministro de gobierno Federico Salvai, su vocero, Mariano Mohadeb, el ministro de Seguridad y candidato a diputado nacional Cristian Ritondo y el vicegobernador Daniel Salvador también apostaron fuerte por una “participación histórica” de los votantes bonaerenses.
En este sentido, Vidal confía en perforar el techo del histórico 80% de participación de los bonaerenses en los comicios. La estrategia tiene una simple explicación: el grueso de los electores que no irían a votar son potenciales adherentes de Juntos por el Cambio. Allí se ubican los jubilados, sectores del interior y jóvenes de clase media.
Para ajustar este electorado Vidal reforzó su campaña con anuncios de obra pública, la lucha contra el narcotráfico y combate a la pobreza. Estas son las armas con las que buscará enfrentar al candidato a gobernador del kirchnerismo Axel Kicillof.
A la vez, en el búnker de campaña bonaerense de Juntos por el Cambio esperan algún milagro para ganar. Esto es: un corte de boleta inédito en la provincia. Evalúa el equipo de Vidal que el corte tradicional provendrá de los votantes de Roberto Lavagna que son antikirchneristas. Pero también observan que en algunos municipios un extraño corte de boleta que podría llegar de la fórmula de los Fernández. La explicación de este comportamiento, según dijeron a Infobae los laderos de la gobernadora, radicaría en el escaso nivel de conocimiento de Axel Kicillof y el rechazo de muchos sectores del PJ a este candidato.
Cualquiera sea el efecto buscado, Vidal juega todo su capital en estos comicios y pone también en juego el sustento electoral de Macri a nivel nacional. Ambos se necesitan. Y los dos saben que nada puede fallar en esta noche de las PASO para el proyecto reeleccionista de Juntos por el Cambio.