Este sábado 10 de agosto, Necochea se vestirá de verde con una jornada de limpieza de playas organizada por el grupo Scout Santa Teresita. La actividad, que comenzará a las 10 de la mañana en el santuario San Artemide Zatti, de Bahía de los Viento), tiene como objetivo principal proteger el hábitat del Playero Rojizo, una especie de ave migratoria en peligro de extinción.

El coordinador Nahuel Aguirre brindará una charla introductoria para concientizar sobre la importancia de estas playas para la supervivencia del Playero Rojizo y la necesidad de mantenerlas limpias.

Se invita a toda la comunidad a participar de esta iniciativa, recordando que, con una pequeña acción, podemos hacer una gran diferencia para el medio ambiente y para las futuras generaciones.

La actividad se extenderá hasta las 15 horas y se concentrará en la zona de Costa Bonita. Los organizadores solicitan a los voluntarios llevar guantes y bolsas de residuos para colaborar con la limpieza.

¿Qué tipo de ave es el playero rojizo?

En la Argentina, el playero rojizo suele detenerse en la zona en la costa de Buenos Aires, (área de Samborombón y Punta Rasa), en San Antonio Oeste, (Provincia de Río Negro), en Península Valdés y en el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral (Provincia de Chubut) y en el estuario de Río Gallegos (Provincia de Santa Cruz), antes de llegar al lugar donde se congrega la mayoría de estos playeros, en el extremo migratorio en Tierra del Fuego, tanto del lado argentino como chileno, más precisamente Bahía San Sebastián y Bahía Lomas, respectivamente. Al trabajar en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT) de Puerto Madryn, Musmeci estudia los playeros rojizos durante su estadía en Chubut, puntualmente en Península Valdés: “Allí comen principalmente una almeja que se llama Darinas solenoides y en algunas playas incorporan también algunos poliquetos y crustáceos. Ellos encuentran la comida insertando el pico muchas veces por segundo en el sustrato y pueden detectar los cambios de la presiones alrededor de las presas. Entonces, cuando hay una almeja enterrada se genera una fuerza diferente y el ave con su pico la detecta, incluso puede estimar el tamaño aproximado de esa almeja para evaluar el costo beneficio de ingerirla”, explica la investigadora.

Cuando realizan estos vuelos extensos, las aves pierden prácticamente la mitad del peso pero tienen la capacidad de llegar a las paradas migratorias y duplicarlo nuevamente luego de comer. Como ejemplo, la bióloga destaca que, en Península Valdés, estudiaron que un Playero Rojizo come un promedio de 8000 almejas por día para recuperar su energía.

Problemas poblacionales

Como todas las aves migratorias, el playero rojizo está expuesto a las amenazas que encuentran a lo largo de su ruta migratoria, tanto en las paradas de alimentación y descanso, como en sus extremos de invernada o reproducción. Al estar sumamente especializados para volar, necesitan tener el alimento disponible al llegar a cada lugar: “El sitio de parada migratoria más importante antes de llegar al Ártico es la Bahía de Delaware, en Estados Unidos, donde comen los huevos de los cangrejos bayoneta (Limulus polyphemus). A principios de la década del 2000 se habían empezado a extraer esos huevos como cebo para pesquerías y también les habían encontrado una utilidad farmacológica, entonces, cuando llegaron los Playeros Rojizos, no había la disponibilidad necesaria para alimentarse”. Ese hecho en particular produjo una abrupta caída de la población que ya venía con una tendencia a disminuir desde la década del ’90. Se estima que la población de Playeros Rojizos que migra hasta el sur de Sudamérica actualmente es menor a 9000 ejemplares.

En este contexto, es importante y necesario el trabajo de protección que se realiza a lo largo y ancho del continente: “En aves migratorias siempre los esfuerzos de conservación tienen que ser integrados tanto a lo largo de toda su ruta como en los extremos migratorios. Se continúan realizando trabajos para disminuir la caza ilegal de las aves playeras en países del Caribe y norte de Sudamérica, como Surinam, donde, entre otras especies de aves, se han capturado playeros rojizos. Ellos unen todo el continente y están expuestos a las amenazas vigentes en cada sitio. Entonces, para conservar estas aves hay distintas estrategias y organizaciones, pero siempre se trata de trabajar en red y cada uno aportar su granito de arena desde donde está hacia la conservación”, finaliza Musmeci.