Europa está bajo una ola de calor extremo, con temperaturas que superaron en algunos casos los 46 grados, mientras las autoridades intentan controlar los focos de incendio en varios países, que siguen extendiéndose y quemando hectáreas a su paso.
Además, al menos 1027 personas fallecieron por causas que los científicos atribuyeron a a las altas temperaturas vinculadas al cambio climático en Portugal y España. Solo el jueves 14 de julio pasado se contabilizaron alrededor de 440 fallecidos, con temperaturas que superaron los 40 grados y en varias regiones incluso los 47 grados en una estación meteorológica en el distrito de Vizeu, en el centro del país.
Hasta el sábado, según cifras del Instituto de Salud Carlos III, que registra diariamente las muertes relacionadas con la temperatura, había 360 muertes relacionadas con el calor en España. 237 muertes se atribuyeron a las altas temperaturas del 10 al 14 de julio, en comparación con 25 muertes relacionadas con la temperatura en los cinco días anteriores.
Para los expertos, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan su intensidad, duración y frecuencia, lo que incide directamente en la ola de calor que azota a ese continente.
En España, cerca de 20 incendios forestales seguían activos y fuera de control en distintos puntos del país, del sur al norte. En Galicia (noroeste) los fuegos arrasaron unas 4.500 hectáreas durante la semana, según las autoridades. Y en la provincia de Málaga, en Andalucía (sur), los bomberos lograron estabilizar un incendio en la sierra de Mijas, que destruyó unas 2.000 hectáreas, de acuerdo a las autoridades locales.
Las llamas obligaron a evacuar a algo más de 3.000 personas, pero 2.000 pudieron regresar a sus hogares. “No hemos dejado de trabajar en toda la noche”, dijo a la prensa la consejera andaluza de Agricultura, Carmen Crespo, refiriéndose al trabajo de los bomberos.
La agencia meteorológica había previsto temperaturas “significativamente elevadas” en la mayor parte del territorio. Fue la localidad de Don Benito, cerca de Badajoz (oeste), la que registró la temperatura más alta del país, con 43,4 ºC.
En Madrid, un empleado de limpieza murió el sábado tras sufrir un golpe de calor mientras trabajaba, según las autoridades locales.
En Portugal, el país vecino, solo se consideraba activo un gran incendio, cerca del municipio de Chaves, en el extremo norte del país. Está “prácticamente controlado” en el 90% de su perímetro, según Protección Civil.
No obstante, casi todo el territorio portugués presentaba el domingo un riesgo “máximo”, “muy alto” o “elevado” de incendios, especialmente las regiones interiores del centro y del norte.
Los incendios de la última semana dejaron dos muertos y unos 60 heridos, según el último balance de las autoridades. Las llamas arrasaron entre 12.000 y 15.000 hectáreas, según los cálculos.