Esta semana varios vecinos de Juan N. Fernández recibieron llamadas extorsivas solicitando dinero a cambio de la seguridad de su hija o hijo.

Ésta es una modalidad que se ha puesto de moda, donde los estafadores llaman a un teléfono fijo y cuando lo atienden se escucha la voz de una jovencita diciendo más o menos lo mismo: “mamá, mamá ( o papá, según si atiende una mujer o un varón) me atacaron 4 personas, me golpearon y ahora me tienen secuestrada. Quieren plata, si no se la das, me matan, por favor mamá).

Llaman a un número, si no aciertan porque el que atiende no tiene hijas mujeres o ya está alertado, llaman a otro y así lo hacen hasta que atiende una persona que justamente tiene una hija que está estudiando afuera o que se fue a la casa de una amiga o viajó por cualquier motivo.

Al encontrar la víctima, los delincuentes, despliegan todo el arsenal de actuación que han venido perfeccionando hasta ahora.

Esto es, la jovencita, llora, grita implora, de fondo se escuchan más gritos, golpes y siguen los ruegos que su progenitor envíe la plata solicitada.

Es un momento muy angustiante para la víctima, en algunos casos ha entregado el dinero y cumplido las órdenes de los estafadores de no llamar a nadie hasta el día siguiente.

Uno de los casos que ocurrió el jueves pasado, cuando la víctima fue una vecina que al atender el teléfono escucha una voz, que dice ser su hija y le grita todo lo que se describió anteriormente.

Justamente la hija de esta señora no estaba en la casa y la madre creyó en la historia.

Afortunadamente lograron dar con la “verdadera” hija por línea de telefonía celular y el tema quedó terminado.

Más allá que no se concretó el delito se repiten estos intentos de estafas que lamentablemente se han hecho muy común en el último tiempo.

 

Fuente: JNF Net