El punto central del juicio será confirmar o descartar la existencia de abuso sexual en virtud de las diferencias de criterio de algunos de los informes incorporados a la causa. Mientras que algunos peritos confirman la hipótesis del Ministerio Público Fiscal, otros indican que las lesiones que presentaba la pequeña Yazmín están relacionadas directamente con la falta de cuidado y las nulas condiciones de higiene a las que estuvo sometida la beba.
Más allá de los partes incorporados al expediente los magistrados escucharán estos días las conclusiones de los médicos que tuvieron a su cargo la realización de la autopsia y que sostuvieron que la beba tuvo muerte cerebral a partir de la hipoxia y una falla multisistémica como consecuencia de las lesiones presentadas.
El hecho ocurrió a mediados de octubre de 2016 cuando se conoció la información de que una beba de once meses había muerto en el Hospital Materno Infantil y se investigaban las causas. El avance de la investigación le permitió a la fiscal María Isabel Sánchez confirmar que la pequeña había sido abusada y asesinada por sus propios padres. Sosa y Picart ya habían perdido a una beba en circunstancias similares tres años antes, aunque nunca se pudo comprobar que la criatura había sido abusada o que los padres tenían responsabilidad penal sobre su muerte.
A partir de la confirmación de la autopsia en el caso de Yazmín Milagros, la fiscal Sánchez pidió la detención de la pareja, que decidió fugarse. Tras permanecer tres días prófugos fueron detenidos por personal de la Comisaría de la Mujer y la Familia el 17 de octubre de 2016. Desde ese momento están detenidos y nunca prestaron declaración.