Esta decisión fue tomada por la gobernadoras bonaerense María Eugenia Vidal en medio de la aceleración de la inflación por el traspaso a precios de la devaluación del 50% del peso en lo que va de 2018.
Según el Indec, la inflación de agosto fue la más alta del año, al llegar a 3,9%, y acumuló así en los primeros ocho meses de 2018 un avance de 24,3%, por lo que los salarios de los estatales bonaerenses continuarán por detrás de los precios.
Vidal había cerrado el 4 de abril la paritaria con una parte de los gremios que representan a los trabajadores del Estado, que contemplaba un aumento del 15% en tres cuotas: la primera del 7% se abonó en enero y la segunda, del 4%, en mayo.
La última cuota había quedado establecida en el 4% para septiembre, pero como la inflación devoró todos los pronósticos oficiales, la Provincia adelantó ese tramo del alza nominal y lo pagó en julio.
Según confirmaron fuentes del Poder Ejecutivo provincial, se dispuso ahora otorgar un 4% más, después de que la gobernadora Vidal dijera en televisión que hay que “acercar los salarios a la inflación”.
Si bien el alza nominal acumulada en el año es del 19%, las fuentes oficiales remarcaron que en realidad es del 22% porque computa el adicional por presentismo que comenzó a pagarse este año.