Vecinos de la zona han denunciado el saqueo de la antigua estación de trenes de Quequén, un espacio histórico que se encuentra en un avanzado estado de abandono. El foco de la denuncia es el robo de los durmientes de madera, piezas fundamentales de la vía.

Según los testimonios, los responsables llegan con camionetas y herramientas para cargar impunemente estos durmientes, que no solo tienen un valor material, sino que también son considerados patrimonio histórico y cultural. El robo se lleva a cabo sin ningún tipo de control ni autorización, aprovechando la falta de mantenimiento y seguridad en el lugar.

La situación evidencia la vulnerabilidad de un predio que, a pesar de su relevancia para la identidad local, parece estar a merced de quienes se benefician de su deterioro.