El Presidente Javier Milei ordenó el retiro de la Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin dudas, es una decisión que afectará la gestión de la salud pública. Ya que los consensos sobre los que se gestionan las políticas sanitarias emanan de expertos internacionales. Entonces, implica, en primer lugar, la redefinición de lineamientos, acuerdos y estrategias locales y regionales.
Daniel Molina, médico pediatra, ex intendente y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría consideró que “realmente salir de la OMS no tiene ningún sentido, es absurdo”.
Luego explicó que “es un organismo que te facilita las cosas, me suena como un gesto de sumisión de Javier Milei ante Donald Trump, es ponerse de rodillas ante el poderío del presidente estadounidense”.
También consideró que “esta decisión tendría varias consecuencias, la mayoría de ellas son bastantes serias. La Organización Mundial de la Salud coordina la distribución de vacunas, muchas de ellas gratuitas y otras muy baratas. Al no disponer de ese mecanismo habría que comprarlas, lo que obviamente va a ser más caro”.
Además contó que “coordina la distribución de medicamentos en las epidemias, lo que fue algo muy evidente en la pandemia”.
Por último explicó que “otorga los estándares de calidad de muchos políticas de salud, especialmente en lo que se refiere al crecimiento de los niños, a las embarazadas ,a acciones en la vejez, actúa como un organismo de control, de moderación”.
La salida del organismo incluye la necesidad de replantear acuerdos clave como la compra de insumos o la participación nacional en consorcios internacionales para la adquisición de vacunas o medicamentos, actualmente legitimados por la OMS a nivel global y por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el ámbito regional.