El 1° de diciembre, la noticia que un auto había caído al rio Quequén y había muerto una mujer, sorprendió a Necochea. En principio, se suponía que se había tratado de un fatal accidente protagonizado por una pareja al salir de un casamiento, pero, con el correr de las horas, supimos que fue un femicidio.
Magalí Vera, de tan sólo 34 años, había ido a un casamiento con su esposo, Javier Cerfoglio. Luego de una discusión, la pareja se retiró de la fiesta y, a partir de allí, comenzó una pesadilla que terminó con su muerte.
Según se fue reconstruyendo en la investigación, Cerfoglio condujo el Honda Civic rojo y estacionó en la esquina de 53 y 50. Allí, ambos descendieron y mientras seguían discutiendo él la golpeó salvajemente, con piñas y patadas, mientras ella estaba sentada en el cordón de la vereda, pidiendo ayuda e intentando protegerse de la agresión.
Todo eso quedó registrado por la cámara de un comercio y se conoció horas después, despertando la indignación de todo un país. Un testigo vio lo ocurrido y dio aviso al 911 pero, al llegar la policía, Cerfoglio ya había cargado a Magalí, se presume que desmayada por los golpes, y partió raudamente hacía el río.
Una imagen del Centro de Monitoreo, muestra el Honda transitando a alta velocidad por la avenida Jesuita Cardiel y bajando hacía la orilla del río Quequén.
Allí, otro llamado al 911 alerta a la policía sobre un auto que había caído al agua. Los efectivos que llegaron esa madrugada de intensa lluvia, encontraron a Cerfoglio mojado, en aparente estado de ebriedad, aduciendo que habían discutido en el auto, ella le había tomado el volante y ambos cayeron al agua.
En el río, flotaba con las cuatro ruedas hacía arriba el auto y nada se sabía de Magali. Mientras se efectuaban las tareas de rastrillaje, un grupo de deportistas que iba a participar de una competencia, encontró el cuerpo debajo de un muelle.
La autopsia reveló que Magalí murió por sumersión. Sin embargo, su cuerpo presentaba signos de haber padecido una feroz golpiza.
Cerfoglio fue detenido, imputado, en principio, por el delito de Homicidio Doblemente Agravado por el género y el vínculo. Más tarde, el fiscal Marcos Bendersky agregó además las caratulas de alevosía y el ensañamiento.
Fue trasladado a los pocos días al penal de Batán y siempre se negó a declarar, haciendo uso del derecho que lo asiste. El pequeño hijo de ambos, de tan solo 12 años, quedó al cuidado de familiares.
Las novedades de la causa
La investigación sigue avanzando y, mientras se esperan resultados de algunas pericias más que se mandaron a realizar, el 10 de febrero se va a hacer la apertura del teléfono celular del imputado, del que nunca quiso facilitar la clave de acceso.
Con esa información, la fiscalía ya podría pedir la elevación a juicio, proceso para el cual tiene un plazo de 10 meses desde el momento de la detención.