La Semana Santa es una de las celebraciones más profundas y arraigadas que tienen lugar en los países cristianos para conmemorar la muerte y resurrección de Jesús; conmemoración con siglos de historia y tradición que se celebra en la mayoría de ciudades y pueblos cristianos.
Las calles y los templos se convierten en escenarios de fervor y devoción religiosa, en los que entremezclan el duelo y el recogimiento al recordar la muerte de Cristo, con la música, el arte, el colorido y la magia de las procesiones, desfiles solemnes en los que numerosas personas acompañan a las imágenes religiosas.
En el Viernes Santo recuerda la condena, el vía crucis, la crucifixión y la muerte de Jesús: fue juzgado por los sacerdotes judíos y condenado a muerte por el romano Poncio Pilato, quien antes lo flageló y le puso una corona de espinas. Luego, el propio Jesús cargó su propia cruz, ayudado por Simón de Cirene, lo clavaron en ella hasta que finalmente murió. Más tarde fue sepultado.