El sistema de seguridad social en Argentina ha atravesado importantes transformaciones a lo largo de su historia. Una de las más relevantes, introducida en 1996 durante el gobierno de Carlos Menem, fue la desregulación de las obras sociales sindicales a través del decreto 1141. Sin embargo, junto con los cambios positivos, surgió una práctica que durante décadas encareció y complicó el acceso a la cobertura médica: la triangulación de aportes entre obras sociales y prepagas. Ahora, con la implementación del Registro Nacional de Agentes del Seguro, el Gobierno busca poner fin a esta modalidad burocrática y beneficiar a los usuarios.

Un método obsoleto con raíces en los años 90

El decreto 1141 de 1996 marcó un antes y un después en el sistema de seguridad social del país. Entre los cambios más significativos, se encontraba la posibilidad de que los beneficiarios pudieran migrar de una obra social a otra, algo que anteriormente era impensable. También se introdujo el Programa Médico Obligatorio (PMO), que garantizó una canasta mínima de prestaciones de salud, medicamentos y servicios para todos los afiliados.

Para financiar el PMO, se creó el Fondo Solidario de Redistribución (FSR), alimentado por aportes del 6% del salario del empleador y el 3% del empleado. De estos fondos, el 85% se destinaba directamente a las obras sociales, mientras que el 15% restante se canalizaba hacia un fondo común administrado por la entonces AFIP (ahora ARCA). Este sistema buscaba asegurar que incluso las obras sociales con menos recursos pudieran garantizar las prestaciones establecidas en el PMO.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad de la década del 90, comenzó a implementarse un esquema que complicó la dinámica del sistema: la triangulación. Para cambiar de prepaga, los usuarios debían pasar obligatoriamente por una obra social intermediaria. Este paso adicional generó costos extra para los afiliados y enriqueció a entidades que, en muchos casos, no ofrecían ningún servicio real.

El impacto de la triangulación

Según explica Adolfo Rubinstein, exministro de Salud, muchas de las obras sociales intermediarias operaban como “sellos de goma”. Estas entidades no brindaban servicios médicos, pero retenían un porcentaje de los aportes —del 2% al 7%— en concepto de comisión o “peaje”. Este esquema estaba legalmente establecido, lo que permitió que perdurara durante años.

Un caso emblemático citado por Rubinstein es el de “Capitanes de Ultramar”, una obra social que pasó de ser casi inexistente a manejar una gran cantidad de beneficiarios gracias a un convenio con OSDE, sin ofrecer beneficios reales. Este tipo de prácticas demostraba que el sistema de triangulación no solo encarecía la cobertura médica, sino que también alimentaba la proliferación de intermediarios sin valor agregado.

El nuevo Registro Nacional de Agentes del Seguro

El flamante Registro Nacional de Agentes del Seguro, recientemente implementado, busca eliminar la necesidad de intermediarios. Con esta medida, los afiliados podrán derivar sus aportes directamente a la prepaga o la obra social de su elección, sin pasar por un tercero. Este cambio promete varios beneficios:

1. Reducción de costos para los usuarios: Al eliminar las comisiones retenidas por las intermediarias, el dinero que antes se destinaba al “peaje” ahora irá directamente a las prepagas u obras sociales. Esto debería reflejarse en una disminución de los costos para los afiliados.

2. Simplificación del sistema: Los usuarios tendrán mayor libertad para elegir su cobertura médica, sin las trabas burocráticas impuestas por la triangulación.

3. Igualdad de condiciones: Las prepagas ahora tendrán los mismos derechos y obligaciones que las obras sociales, garantizando una competencia más equitativa.

Posibles desafíos

Si bien la eliminación de la triangulación representa un avance significativo, también plantea algunos desafíos. Rubinstein advierte que esta medida podría generar tensiones financieras en las prepagas. Al eliminar intermediarios y permitir el ingreso directo de afiliados, es probable que aumente la cantidad de usuarios en estas entidades, especialmente entre aquellos con salarios más altos. Este incremento en la demanda podría dificultar el financiamiento de las prestaciones garantizadas, llevando a una mayor presión sobre los recursos de las prepagas.

Al eliminar una práctica burocrática y costosa que perduró por décadas, el Registro Nacional de Agentes del Seguro busca garantizar un acceso más transparente y económico a la cobertura médica. Aunque todavía quedan desafíos por resolver, como la tensión financiera que podría enfrentar el sistema, este cambio sienta las bases para un modelo nuevo. N A