Tras los cambios implementados en el Gabinete, la estructura de poder representativa del gobierno que encabeza Javier Milei se vio sometida a modificaciones. La figura de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, la “gran ganadora” de la elección, tomó mayor relevancia y despliegue en el organigrama estatal.

La menor de los Milei logró ubicar a uno de los funcionarios de su riñón como lo es Manuel Adorni en la Jefatura de Gabinete para que sea sus ojos en la coordinación de las carteras y designó a Diego Santilli en el Ministerio del Interior dando por terminada todas las especulaciones sobre la creación de un “super ministerio” con mayores competencias para el asesor presidencial, Santiago Caputo.

En paralelo, logró que la visión de los primos Menem, Martín y Eduardo “Lule” tuviese mayor curso en las filas libertarias. Desde que se mostró escoltada por el titular de la Cámara de Diputados aquel 26 de octubre, en la previa a la victoria en la elección, la funcionaria dotó a los suyos de la estela de triunfo que adquirió luego de que La Libertad Avanza (LLA) lograra imponerse en las elecciones nacionales.

Desde ese acontecimiento que oficia de quiebre en la dinámica de la administración, Karina Milei divide sus jornadas entre el visado de la gestión y la construcción partidaria en las provincias, rumbo al lanzamiento de campaña por la reelección del presidente Javier Milei camino a 2027.

Radiografía de la diaria. Para la primera tarea descansa en el flamante ministro coordinador y se apoya en los Menem. En menor medida, el exlegislador del PRO, con quien trazó un vínculo aceitado, también aporta lo suyo bajo la supervisión del ex vocero. Es que el tándem federal encaran la relación con los gobernadores en estrecha coordinación con el articulado legislativo que tiene como flamante protagonista a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien se convertirá el próximo 10 de diciembre en la jefa de bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Senadores.

Bullrich se cuida de militar bajo el ala de alguno de los vértices del Triángulo de Hierro en tensión, sin embargo, fue de las más activas en la pelea para reducir a cero el fuego amigo libertario. Por estos días, en coordinación con Martín Menem, encabezan reuniones con los nuevos legisladores y trazan la estrategia del oficialismo rumo a las sesiones legislativas. Incluso tomó contacto con la vicepresidenta Victoria Villarruel, la mancha venenosa de la gestión, en un intercambio que podría tener continuidad.

Santilli, Bullrich y los Menem cruzan reuniones cada semana mientras Manuel Adorni se muestra activo con revisiones ministeriales y la elaboración de una hoja de ruta conjunta que le permita al presidente Javier Milei relanzar la gestión camino al segundo tramo de la gestión. Se han transformado en los actores más dinámicos de la administración. En un segundo escalón se ubica el asesor presidencial, que diseña la estrategia comunicación de la gestión y al que la menor de los Milei parece haber limitado en sus funciones.

“Todo está funcionando y cada cual está al tanto de su rol. Habrá que ver cuánto dura”, se pregunta ante la Agencia Noticias Argentinas un importante funcionario con el nuevo esquema definido a pedido de los propios y de los ajenos.

Aunque por estas horas en casi todos los despachos de Casa Rosada evitan hablar de internas, aún latentes, los primeros resquebrajamientos asoman en la dinámica que apenas lleva dos semanas, pero parecen resolverse con celeridad. Karina Milei y los suyos tienen margen.

El propio Milei detecta las tendencias y se esfuerza en hacer equilibrio entre los suyos. Por eso, pese a su desinterés por la política, persistió en la idea de mostrarse al frente de la reeditada mesa política que lo rodea y que si bien, estuvo marcada por el debut de Adorni y Santilli en sus nuevos cargos, incluye también a Karina Milei, Santiago Caputo, Patricia Bullrich y Martín Menem.

Con el anuncio del acuerdo con la administración de Donald Trump en curso, en Balcarce 50 detectan el viento de cola para reafirmar el ensayo del “nuevo poder” y contener, en una especie de abrazo de oso, al consultor monotributista, que cuenta con amplio apoyo del mandatario, pero cuyo contrato formal vence el 31 de diciembre.