Luego de intentar una señal de distención con el aumento de un nuevo incremento para los gastos de funcionamientos de las universidades nacionales, el gobierno nacional endureció su postura ante la marcha federal universitaria del martes con una advertencia de que podría aplicar el protocolo anti piquetes y la reafirmación de que intentará auditar las cuentas de las casas de estudio. Mientras, los rectores, que consideran insuficiente el incremento de partidas, advierten que muchas casas de estudios podría restringir su funcionamiento o directamente cerrar si no se recomponen partidas en la proporción en ellos reclaman.
A la Marcha Federal Universitaria, que unirá el Congreso con Plaza de Mayo el martes próximo, se sumarán no solo miembros de la comunidad educativa sino también sindicatos del sector de otras ramas de actividad, partidos políticos, organizaciones sociales y, según prevén los organizadores, muchos ciudadanos “de a pie”. En ese contexto se prevé una concurrencia multitudinaria, en precisión de lo cual se cursó un pedido de autorización al ministerio de Seguridad de la Ciudad, que conduce Waldo Wolff. Esa cartera está evaluando la solicitud y realiza consulta con su homóloga nacional, a cargo de Patricia Bullrich.
Desde ese último ministerio dijeron en las últimas horas que mantendrá “la misma postura” respecto de todas las marchas: esto es, tratar de evitar interrupciones del tránsito y para ellos aplicar, si es necesario, el protocolo anti piquetes, que autoriza una serie de medidas represivas contra los manifestantes y de sanciones contra los gremios que los convoquen. “No va a haber doble vara” respecto a otras marcha, agregaron desde esa cartera, aunque admitieron que deberá evaluarse la aplicación en función de la cantidad de gente presente.
La advertencia llegó después de que el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez advirtiera que avanzarán como sea con una auditoria económica de las casas de estudio en un mensaje en X replicado por el presidente Javier Milei. “Un aviso importante: pase lo que pase, hagan lo que hagan, por lo menos mientras Javier Milei sea presidente, el dinero que va a las universidades se va a AUDITAR”, escribió el funcionario. Es una posibilidad que los rectores rechazan porque violaría la autonomía universitaria consagrada en la Constitución. Las casas de Estudios, que dependen del Congreso que las crea y no del Ejecutivo con por otra parte objeto de una auditoría externa a cargo de la AGN.
Las declaraciones de Álvarez, que enrarecen más el clima en la previa a la marcha del martes, se da después de que el gobierno anunciara un incremento del 140% en los gastos de funcionamiento de las casa de estudio, en dos cuotas una en marzo y otra en mayo. El Ejecutivo dijo que el aumento fue consensuado con los responsables de las Universidades, pero estos lo negaron, además de considerarlo insuficientes y reiterar sus advertencias sobre el impacto negativo del desfinanciamiento que podría llevar incluso al cierre de algunas casa de estudios a partir del segundo semestre de este año-
Uno de los que habló en las últimas horas fue Ricardo Gelpi, el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Gelpi dijo que con los fondos destinados por el Gobierno “no alcanza” para hacer frente a las demandas presupuestarias de las casas de altos estudios. Y alertó que si no hay dinero para hacer frente a las necesidades presupuestarias de la prestigiosa casa de altos estudios, “no va a quedar otra que cerrarla”. El académico dijo que los aumentos dispuestos por la Nación están “lejos” de compensar el impacto combinado de la inflación y el congelamiento del presupuesto de las Universidades.
En una línea similar, el recto de la Facultad de Odontología de la UBA, Pablo Rodríguez, denunció que a causa de los problemas presupuestarios, a los alumnos de esa casa de estudios “no se le pudieron dar los insumos” para que tomen sus clases ya que “sin carísimos”. Algunos estudiantes avanzados realizan atenciones gratuitas supervisados por profesores al público en general.