Desde 2008, todos los 21 de septiembre se lleva adelante en el país una campaña de educación y concientización vial que consiste en pintar una estrella amarilla en el lugar exacto donde hubo víctimas mortales por un siniestro vial.
La iniciativa surgió por parte de un grupo de madres y padres que perdieron a sus hijos en accidentes de tránsito.
La campaña fue de tal trascendencia que incluso la Agencia Nacional de Seguridad Vial incorporó esta fecha en su calendario.
En el contexto en el que estamos inmersos, lo más importante es redoblar los esfuerzos en materia de concientización y prevención de siniestros viales.
Nuestra responsabilidad es comunicar fuertemente todas las medidas de prevención. Acercar a jóvenes y adultos todas las recomendaciones que se deben tener en cuenta a la hora de conducir una moto, un auto, una bicicleta, un monopatín e incluso, los cuidados que se deben tener siendo peatones.
Hay datos que son alarmantes: los accidentes viales en la Argentina son la principal causa de muerte en jóvenes menores de 35 años.
En términos generales, y según el último informe de siniestralidad vial fatal, elaborado por el Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), durante 2022, se registraron 3.415 siniestros que generaron la muerte de 3.828 víctimas.
Este tipo de hechos, en su mayoría, son decesos que podrían haberse evitado.
Sin embargo, no resulta un fenómeno local: cada año, en el mundo, muere una persona cada 24 segundos por un siniestro de tráfico, que ocasiona 1,35 millones de víctimas mortales al año y es la principal causa de fallecimiento de niños y jóvenes entre 15 a 29 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El teléfono celular y el exceso de alcohol son las principales causas de siniestros viales en la Argentina.
Las causas que ocasionan un accidente no solamente se dan por una mala maniobra, sino que varios son los factores que deben ser tenidos en cuenta y que convergen a la hora de establecer los causantes de un siniestro.
De manera general, las causas son el error humano (89,5%), seguido por el medio ambiente (8,8%) y muchísimo más lejos, el estado del vehículo (1,6%), según datos de la ANSV.
Otro factor que tiene un alto grado de implicancia en los accidentes de tránsito es el alcohol. En 1 de cada 4 accidentes viales hay presencia de alcohol en el conductor.
Otro de los factores determinantes es la falta de los elementos de seguridad, ya sean luces, chaleco refractario y casco. Estos son faltantes de gran regularidad en los motociclistas nacionales.
En esta fecha es muy importante recordar el respeto por las señales viales.
No sobrepasar las velocidades máximas permitidas e insistir en el uso del casco porque su correcta utilización siempre salva vidas.
Las medidas preventivas siempre garantizan un traslado más seguro.
Frente a estos números hay que tener en cuenta el riesgo que implica circular en un vehículo motorizado, sea del tipo que sea.
Esto se debe a una conexión de factores que acrecientan los peligros de ocasionar algún tipo de accidente o de ser receptor de algún tipo de choque.
Desde los diferentes organismos, tanto públicos como privados, debemos seguir trabajando y concientizando a la ciudadanía, para cambiar malos hábitos y cada vez haya menos estrellas amarillas pintadas en el asfalto.
(*) – Fernando Rodríguez es jefe de Siniestros de ATM Seguros, abogado y especialista en Derecho del Seguro.