La derrota de Boca ante Belgrano en Córdoba no solo marcó el fin del ciclo de Diego Martínez como entrenador, sino que también dejó al descubierto una serie de tensiones internas que involucran a jugadores, cuerpo técnico y dirigencia.
Tras el pitazo final, se alzaron tres voces pesadas en el mundo Boca: Edinson Cavani, con un llamado a la reflexión desde el mismo campo de juego; Diego Martínez, anunciando su renuncia; y Juan Román Riquelme, quien lanzó un duro mensaje hacia el plantel “Xeneize”, dejando claro su malestar con el actual desempeño del equipo.
Mientras el plantel aún se retiraba del campo, Cavani fue el primero en levantar la voz, pidiendo a sus compañeros un momento de introspección. Las palabras del uruguayo no solo reflejaron la frustración de uno de los máximos referentes del equipo, sino que también mostraron una postura de liderazgo en un momento crítico. Cavani, acostumbrado a batallar en los momentos difíciles, se mostró visiblemente afectado y dejó un claro mensaje: el equipo necesita un cambio de actitud.
Por su parte, Diego Martínez, en una conferencia de prensa tensa y con tono resignado, puso fin a su ciclo como director técnico de Boca, dejando al club en una encrucijada deportiva y emocional. Martínez, quien había llegado con la promesa de revitalizar al equipo y devolverle un estilo de juego acorde a la historia del club, no logró imponer su idea en un plantel golpeado por las críticas y los malos resultados.
“Fue una decisión que me duele, pero que siento que es lo mejor para el club en este momento. Agradezco a los jugadores y al Consejo, pero es hora de dar un paso al costado”, expresó Martínez, visiblemente afectado.
Sin embargo, fue la voz de Juan Román Riquelme la que resonó con más fuerza en el vestuario y entre los hinchas. El presidente se mostró molesto y crítico en su análisis post partido, enviando un mensaje contundente a los jugadores: “Mañana libre, el lunes entrenan. Mañana tienen día para pensar, para analizar… Es fútbol”, dijo Riquelme, marcando su descontento con el presente del equipo.
El presidente de Boca, no se limitó a hablar del rendimiento futbolístico, sino que también buscó bajar los ánimos y desdramatizar la situación: “Es un deporte. Con mucha emoción, con nervio, pero deporte. Y se tiene que competir, y no estamos compitiendo bien”, agregó, intentando suavizar su crítica, pero sin ocultar su preocupación por la falta de competitividad del equipo.
En cuanto a la renuncia de Martínez, Riquelme se mostró algo irritado, evitando profundizar sobre el tema: “El técnico habló con ustedes. Muy bien… No sé qué quieren que les diga. ¿Qué querés que te diga? Está muy bien”, expresó con tono cortante.
Sin embargo, no pudo evitar mostrar su desilusión por la situación actual: “Estamos dolidos, tristes porque queremos que el equipo compita. Lo más importante para mí es mandarle a los hinchas un abrazo grande, pedirles disculpas porque el equipo no está compitiendo. Tenemos que mirar para adelante, quedan muchos partidos”.
Riquelme también intentó poner paños fríos a la crisis y cuestionó la dramatización que algunos sectores hacen del presente “Xeneize”: “Que miren de otra manera, que quieran trasladar algo diferente o que parece que estamos en una guerra, no; yo no lo vivo así. Trato de ser claro y sincero, es un deporte y no estamos compitiendo. Entre todos vamos a salir de esto”.
Sobre el futuro inmediato y la búsqueda del reemplazo de Martínez, no quiso adelantar nombres, pero dejó claro que el objetivo es devolver al equipo a la senda del triunfo: “Recién se acaba de ir el técnico. Teníamos la ilusión de hacerlo bien, de conseguir un triunfo, no se jugó bien. Eso es lo que más duele. Por eso las disculpas al hincha. Debemos mirar para adentro y tragar saliva”, concluyó Riquelme, visiblemente afectado. N A