Personal de guardaparques detectó la existencia de un rodado abandonado en el parque Miguel Lillo.

Esto se produjo cuando realizaban los habituales controles en dicho espacio verde.

El auto se encontraba en ese lugar producto de encajadura en zona arenosa, con evidentes sospechas, en cuanto al lugar de ubicación y estado. Por lo cual se informó, de inmediato, la dirección para encontrar al dueño.

Por cuánto personal de policía científica, convocada por el comando de patrullas, en virtud de registrar el citado rodado un pedido de secuestro dispuesto judicialmente.

Tras un arduo trabajo en la zona se logró sacar el vehículo de dicha zona.