Dos mujeres fueron golpeadas por un mismo hombre en la calle, en pleno barrio de Caballito, sin mediar palabra, ningún grito, sin que el ataque estuviera vinculado a un intento de robo. De la nada, las atacó brutalmente.
Una de las víctimas, Natalia De Magistra, es cirujana plástica y estaba saliendo de una fiesta de fin de año con sus compañeros de trabajo. Sucedió el sábado a las 3:30 de la madrugada sobre la calle Aranguren, casi esquina Río de Janeiro al 500.
En ese momento estaba sola, a 50 metros de su auto.”Veníamos de despedir el año, de un momento muy feliz, y resulta que cuando salgo me encuentro en la esquina con este individuo”, contó al canal de noticias TN.
“El primer impacto es de adelante, cuando me noquea. Me pega en la cara, creo que en la boca”, siguió la mujer, con marcas visibles en su rostro. “Después me di cuenta de que me había arrancado los pelos, me empezó a pegar rodillazos, caí en el piso y me pateó. Un criminal”, continuó.
Una vecina que estaba en la calle paseando a su perro empezó a gritar. Paró a un patrullero, que llamó al SAME, y la mujer fue hospitalizada.
Estuvo ocho horas inconsciente. Su madre, Irene Busniuk, compartió en Facebook las fotos de Natalia en la clínica y contó detalles sobre ese momento: “Quedó inconsciente, cuando despertó no entendía nada. Perdió la memoria, no sabía que tenía novio, auto, una perrita, no sabía por qué estaba así vestida y en ese lugar“.
Actualmente, Natalia tiene fractura nasal, una herida cortante, labios y dientes rotos, hematomas en el cráneo y fractura en la segunda costilla.
Minutos antes de agredir a Natalia, el mismo hombre había atacado a una chica de 22 años que estaba en la parada del colectivo contestando una llamada telefónica. Le pegó un puñetazo en la cara. Después de recibir el golpe, la joven le gritó a Natalia, para advertirle sobre el sujeto, pero ella no la escuchó.
Según lo publicado por Infobae, la primera víctima dio a la Policía una descripción del atacante: 1,65 metros de estatura, barba candado, camisa negra, pantalón blanco, y caminaba descalzo.
Ambas mujeres hicieron la denuncia correspondiente y están esperando una respuesta. La Fiscalía N° 26 interviene en la investigación.
Según lo informado por TN, la vecina que fue testigo del hecho todavía no declaró. Natalia y su novio recorrieron el barrio, encontraron una cámara que podría ser clave, pero es de un extranjero, que en principio dijo: “Yo solo voy a poner a disposición mis cámaras si me lo pide la Justicia”. Todavía no se la pidieron.
“El agresor no se fue corriendo, se fue caminando. Así es como lo ven en un fragmento chico de una cámara de seguridad. Podrían haberlo agarrado en el momento”, agregó el canal de noticias.
La familia reclama que la Policía lo dejó escapar. Según la madre de Natalia: “Por las declaraciones de una testigo, inmediatamente en el lugar del hecho, Rio de Janeiro y Aranguren, a media cuadra del Colegio ORT, apareció un patrullero. Una testigo les dijo hacia dónde se dirigía el victimario y la forma en que estaba vestido (…) y el policía respondió : ‘No es nuestra jurisdicción’, dejando escapar al agresor. Es una locura”.