Un megaoperativo permitió desbaratar a una banda narco que compraba cocaína en Bolivia y Perú y la distribuía en distintos países de Europa. La banda tenía ramificaciones en Mar del Plata, donde se produjeron varios allanamientos en hoteles y estacionamientos de la ciudad, que habían sido adquiridos con dinero de la droga.
En total, 24 personas fueron detenidas en el Operativo Cambalache, acusadas de integrar el Clan Loza. La banda estaba liderada por los hermanos que tenían montado un sistema financiero para lavar los activos millonarios de esta actividad ilícita, informó este jueves el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Según informó la cartera de Seguridad, en total se hicieron 50 allanamientos en Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Salta y en el país de España, que culminaron con la detención de 24 sospechosos.
Según la pesquisa, esa banda no sólo se dedicaba al tráfico de estupefacientes desde países limítrofes del Conosur hasta Europa sino también al lavado de activos mediante la adquisición de bienes inmuebles y vehículos de alta gama, dentro y fuera de nuestro país.
Con la prueba colectada, y bajo las órdenes del juez en lo Penal y Económico 2, Pablo Yadarola, se allanaron 50 viviendas en nuestro país y otras 23 en territorio español, de manera simultánea con controles online sobre los horarios de las requisas y un seguimiento controlado de todas las intervenciones, logrando la detención de 24 miembros del Clan Loza.
El operativo culminó con la incautación de varios autos de lujo, como dos Ferraris y un Chevrolet Camaro, 300.000 dólares, 12.000 euros, computadoras, equipos de comunicación y más documentación de vital importancia para la causa.
Además, tenían dentro de su patrimonio viviendas de lujo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y diferentes hoteles y playas de estacionamiento en Mar del Plata y Salta, por las cuales generaban un flujo ficticio de dinero.
La investigación comenzó en abril de 2011, cuando el juez Federal Sergio Torres inició la investigación para descifrar el accionar de la banda liderada por los hermanos Edwin y José Gonzalo Loza, ambos oriundos de Salta.
La investigación permitió determinar que la cocaína era adquirida en Perú y Bolivia y luego la distribuían en España, Italia, Holanda, Bélgica, entre otros países de Europa.
Los delincuentes empleaban la modalidad conocida como “gancho ciego”: una vez que la Aduana controlaba el container, un infiltrado de la organización realizaba la apertura para introducir la droga y lo cerraba utilizando precintos mellizos a los originales.
De las tareas de campo se llegó a la conclusión de que Edwin Loza, uno de los presuntos jefes de la organización, era el encargado del transporte de la cocaína de un país al otro, mientras que su hermano, el otro jefe, la recibía y la comercializaba en España.
Hace un año, el tercer hermano de los Loza, Valdemar, alias “El Tío”, fue detenido en la operación “Ave Rapaz”, realizada por Gendarmería Nacional y la Policía Federal en el partido bonaerense de La Matanza, donde se incautaron 1.166 kilogramos de cocaína valuados en más de seis millones de dólares.
Las fuentes explicaron que a medida que pasaba el tiempo, el clan Loza adquiría mejores técnicas de transporte, ocultamiento, comunicaciones, exportación y una mayor habilidad en el lavado de activos.
A su vez, se supo que esta banda narco manejaba grandes cantidades de dinero en euros y dólares que eran introducidos al país mediante organizaciones del sistema financiero ilegal que contaban con una estructura dedicada exclusivamente a la colocación de las ganancias del narcotráfico en cualquier lugar de mundo.
Dadas las condiciones transnacionales de la organización criminal, la investigación tuvo que tomar un enfoque internacional, por lo que se recibió apoyo de la Policía Nacional del Reino de España, la cual detectó vínculos del clan Loza en el país europeo.
Con la asistencia de la fuerza internacional, se pudo identificar una importante transacción de dinero con destino a Argentina a partir de las investigaciones de la Unidad de Información Financiera (UIF) y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), lo que permitió develar la estructura de dicha organización en su totalidad.
Efectivos de Gendarmería Nacional y funcionarios de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), la AFI, la UIF y la Dirección General de Aduana (DGA) de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), comprobaron que los integrantes de la familia Loza encabezaban la pirámide funcional de la organización.