Un empresario porteño de 49 años murió ahogado este lunes por la mañana en Mar Azul, Villa Gesell, tras rescatar a su hijo de ocho años, que había sido atrapado por un “chupón” en una zona donde no hay guardavidas, cercana al Faro Querandí.

La víctima se llama José Ignacio Grego. La autopsia preliminar confirmó que el hombre murió ahogado. Fue cuando intentaba salvar a su hijo, que ese día cumplía años.

El hombre estaba junto a otros hijos y su madre en la orilla cuando vio que a su niño lo arrastraba la corriente mar adentro y entró para rescatarlo. Los investigadores estaban azorados porque el nene se salvó ya que quedó apoyado sobre el cuerpo de su padre, cuando éste ya flotaba sin vida.

El hecho ocurrió en un sector donde está prohibido bañarse porque no hay personal de seguridad de playa pero suele ser muy frecuente para quienes acceden con sus camionetas 4×4 y sus gazebos.

Los “chupones” en el mar de esa zona de la costa bonaerense son un fenómeno peligroso y frecuente pero imperceptible para los bañistas que no conocen demasiado el mar.

Se forman cuando, por las canaletas, el agua busca su retorno hacia el mar y se ve frenada parcialmente por la presencia del banco de arena, aunque debe filtrarse por algún lado y entonces se genera como una especie de cauce de río por el que busca su camino. Los chupones, en efecto, son los que pueden convertir un divertido baño en un problema grave, como ocurrió en este caso.