Un adolescente de 15 años, identificado como Tiziano Benjamín Videla, murió luego de más de un mes de internación tras recibir dos disparos a fines de septiembre, y sus allegados protagonizaron un particular “funeral tumbero” en el Cementerio de La Plata, donde incendiaron la moto del joven sobre su lápida.
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Los funerales de este tipo, que exponen una “simbología de marginación urbana”, se replican cada vez más en las redes sociales, pero el que se llevó a cabo mostró “ribetes distintivos” al no registrarse disparos. La situación judicial del acusado por el crimen, otro joven de 18 años, se agravó.
Los allegados de Videla organizaron una “caravana a todo ritmo” hacia la tumba del adolescente, donde “prendieron fuego la moto en que el adolescente viajaba cuando fue baleado el 22 de septiembre”. La caravana estuvo compuesta por “una larga retahíla de vehículos, autos y motos, ingresando al Cementerio Municipal de La Plata”, donde sus participantes “blandiendo coronas de flores, tocando bocina, tirando rebajes con las motos (lo que en la jerga urbana se conoce como ‘tirar corte’), haciendo ruido”. Las imágenes del funeral fueron musicalizadas con “una canción del grupo de cumbia La Repandilla” y publicadas en redes sociales.
En uno de los reels se leía: “Se te va a extrañar negro. Siempre en nuestros corazones. Bola (sic) bien alto”. La moto del fallecido, que pilotaba al momento de ser baleado, fue el blanco de la bronca de sus allegados. El vehículo, envuelto en llamas, yacía “consumiéndose sobre la misma lápida del fallecido” mientras era objeto de “patadas, golpes e insultos”. En el ambiente delictivo, este tipo de acciones con el vehículo de un fallecido “obedece (…) a que tal vehículo no permitió a quienes viajaban en él escapar de la muerte o de una captura, por ejemplo”. NA