Grande fue la sorpresa de un turista de 85 años cuando llegó a Necochea y descubrió que su vivienda en la calle 30 al 3700 -donde descansaría unos días- había sido blanco de la delincuencia.
Ni bien arribó, el hombre encontró que los delincuentes habían forzado la puerta que da acceso al patio trasero, ingresando con el claro propósito de cometer un robo. A pesar de que aún no se ha determinado con precisión si faltaban otros objetos de menor valor, el hecho más destacado fue la desaparición de dos televisores, uno de 43 pulgadas y otro de 32 pulgadas.
La víctima, desorientada por la falta de visitas frecuentes, no pudo establecer con certeza el momento exacto en que ocurrió el ilícito. La casa permaneció cerrada durante aproximadamente cinco meses, tiempo en el cual el propietario estuvo ausente de la localidad.
La ausencia de signos de forcejeo en las ventanas o puertas que dan al frente del inmueble dificultó tanto a la policía como a los vecinos la detección del ingreso de los delincuentes.
Ni el personal policial ni los residentes de la zona fueron capaces de advertir la actividad ilícita. Ante esta situación, agentes de la Policía Científica se hicieron presentes en la residencia afectada, buscando recopilar información que pudiera conducir a la identificación de los responsables del robo y los daños ocasionados.