Una mujer fue hallada sin vida este lunes por la tarde en un descampado ubicado entre Ruta 88 y Avenida Victorio Tetamanti, en inmediaciones de los límites de los barrios Parque Palermo y Las Heras, de Mar del Plata.

La víctima, identificada como Ana Laura Díaz, de 26 años, fue encontrada en un terreno baldío en las inmediaciones del camino a Necochea, con signos de haber sido ahorcada con un cinturón.

Un grupo de menores dio aviso a personal policial que alrededor de las 14 se presentó en el lugar y tomó conocimiento del hallazgo del cuerpo. Los uniformados encontraron a la mujer con un lazo atado al cuello y un arma blanca, sin manchas de sangre, a pocos metros de distancia.

 

Fuentes policiales aseguraron que la víctima sería una trabajadora sexual de la zona. Según confiaron, el cadáver llevaría al menos 48 horas arrojado en el descampado. Personal de la comisaría decimosexta tomó intervención y Policía Científica realizó las pericias de rigor.

La investigación apunta a determinar si la joven fue asesinada en el descampado o si trasladaron su cadáver hasta el lugar. La causa quedó a cargo del fiscal Leandro Arévalo, que ordenó la realización de la autopsia de rigor que se hará efectiva en las próximas horas.

“El loco de la ruta”

Corría el primer día del mes de julio de 1996 cuando, bajo un puente, a la vera de la ruta 226, encontraron el cuerpo desnudo y sin vida de Adriana Jaqueline Fernández, una uruguaya de 27 años que trabajaba como artesana en la ciudad de Mar del Plata.

Era el primero de una serie de crímenes jamás resueltos que, a partir de la segunda víctima, se relacionarían directamente con el ejercicio de la prostitución en esa ciudad de la Costa Atlántica bonaerense.

Tras la muerte de Fernández, cinco fueron las mujeres asesinadas en menos de un año. Todas  trabajaban en la calle o en prostíbulos de la zona. Y las características de los homicidios coincidían casi perfectamente: las estrangulaban con un lazo, aparecían sin sus ropas al costado de algún camino costero, y en muchos casos habían sido mutiladas. Para ese entonces, la prensa ya trataba el caso como el del “Loco de la Ruta”.

Los asesinatos se sucedían uno tras otro. Y la atención de la sociedad se posaba sobre la figura de un desquiciado. Un asesino serial que jamás apareció.

Pasaron más de 20 años de esa serie de crímenes, a los que se sumaron más muertes y desapariciones de prostitutas que se relacionaron con el mismo caso y elevaron el número de víctimas a once, al menos hasta el año 2000.

La causa ya prescribió, no se investiga más. Lo único que se supo es que había algunos policías asociados con proxenetas, que estuvieron detrás de la desaparición y muerte de estas personas. Algunos estuvieron detenidos y otros, prófugos.