El mercado de los casinos online evoluciona continuamente en el mundo, y nuestro país no es la excepción. Diferentes medidas gubernamentales se están comenzando a implementar en varias provincias, relacionadas con la promoción de un juego responsable. Esto, por supuesto, ha generado revuelo a nivel nacional y se ha convertido en el foco de las críticas del momento.
Las facultades provinciales para regular este tipo de actividades impiden generar cierta uniformidad en relación con la protección de los jugadores, por lo que cada una de las 23 provincias, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), toman decisiones de manera independiente sobre cómo será llevado a cabo este proceso de regulación.
Esta descentralización, que caracteriza a las normas de juego en Argentina, derivó en una especie de “mosaico” de políticas de juego seguro. Esta amplia diversidad de medidas incluye provincias que han logrado establecer marcos integrales en los que se promueve un juego responsable y otras que no han avanzado en absoluto.
El primer caso es el de Córdoba, por ejemplo, donde las regulaciones mejoraron la oferta de casinos en línea. A diferencia de ello, otras provincias han demorado más en tratar los potenciales riesgos que se asocian al juego en plataformas virtuales. De esta forma, se genera una inconsistencia que tiene efectos sobre la experiencia de las personas que realizan estas actividades, y también sobre los operadores que sirven al mercado argentino. Dicha situación les plantea múltiples desafíos.
En medio de este panorama, donde se ven regulaciones muy distintas, las plataformas internacionales como, por ejemplo, askgamblers.com se posicionan como recursos muy importantes para los jugadores que buscan información precisa y actualizada sobre casinos online. Al mismo tiempo, las leyes de nuestro país obligan a operadores que compiten en el mercado local, como JVSpin, a ver la necesidad de adaptarse a las normativas de cada legislatura provincial para garantizar su propio cumplimiento de las políticas de juego responsable y, al mismo tiempo, ganar confianza en los jugadores.
Casinos online: qué pasa en Córdoba y Mendoza
El juego responsable en provincias como Córdoba y Mendoza se implementó a través de medidas que obligan a los casinos online a incorporar regulaciones específicas como parte de los requisitos de licencia.
Entre ellas se encuentra la limitación a los depósitos por persona, herramientas de autoexclusión (donde las personas, voluntariamente, solicitan dejar de jugar, autorizando a que su ingreso a casinos en línea sea bloqueado), y la provisión obligatoria de información sobre problemas de juego.
No obstante, los detalles y la implementación específica de estas regulaciones, lógicamente, varían entre las provincias. En el caso de los casinos online que operan en Córdoba, se les exige que establezcan la opción de límites de depósito por día, semana y mes, con el objetivo de fomentar la responsabilidad de los jugadores. A diferencia de ello, las políticas mendocinas están centradas, mayormente, en la provisión de recursos que informen sobre el juego responsable.
Provincias sin regulación contrastan con CABA
Por otro lado , otras jurisdicciones todavía no han dispuesto un marco sólido que regule el juego para el mercado de casinos online que opera dentro de sus fronteras. Se trata entonces de un vacío regulatorio que permitió que diversas plataformas, y sitios, lo llenen, aunque operan sin las garantías de seguridad para los jugadores, en contraste con las medidas de provincias más proteccionistas.
La vanguardia en términos de regulación del juego online se encuentra, desde hace tiempo, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí existe un marco de licencias para las compañías de casinos en línea que hace hincapié en la existencia de sólidas regulaciones de juego responsable. Las empresas que operan en CABA deben poner en funcionamiento una serie de recursos de protección hacia las personas. Entre ellos se encuentran los límites, tanto de depósito como de tiempo y herramientas de autoexclusión.
En referencia a esto último, la capital de Argentina, gobernada por el jefe de Gobierno Jorge Macri, establece específicamente un registro de autoexclusión que funcione de manera centralizada.
Los operadores se ven obligados a proporcionar links en los que se especifique la importancia del juego responsable e información acerca de los riesgos que conlleva el juego problemático. Además, se someten a auditorías para garantizar el cumplimiento de estas regulaciones.
La integralidad del enfoque que tiene CABA es objeto de elogios en todo el país, ya que se ofrece a los jugadores un amplio control sobre su juego. No obstante, dichas regulaciones se encuentran limitadas, debido a que se aplican dentro de su jurisdicción, por lo que la efectividad no es total, dejando a que algunos jugadores puedan acceder a casinos online que operan en otras provincias.
En la provincia de Buenos Aires, territorio de Axel Kicillof, la estrategia que el gobierno desplegó respecto a los juegos en los casinos online es diferente. Por ejemplo, para poder acceder a las licencias que otorga el distrito, que comenzaron a tener vigencia en 2019, se deben adoptar medidas muy estrictas en lo que es juego responsable.
Las empresas tienen que establecer límites en los depósitos y en el tiempo que juegan los jugadores, como también disponer de herramientas llamadas “de autoexclusión”. Además, deben proporcionar el acceso a información sobre el “juego problemático”. Igualmente, dicha jurisdicción todavía no tiene establecida una centralización en lo que respecta a la autoexclusión, siendo más fragmentado para los jugadores.
Las auditorías en la Provincia de Buenos Aires, por su parte, no obligan de la misma manera a los operadores, por lo que ellos tienen mayor libertad en el cumplimiento de las medidas. Este camino que sigue Kicillof en la provincia le valió críticas que señalan que está priorizando el ingreso de dinero por sobre el acompañamiento hacia los jugadores.
Más allá de todo, se pone de manifiesto la preocupación generalizada sobre posibles problemas de adicción al juego y la voluntad de atender el tema.