Con 91 distritos escrutados, el diputado provincial manifestó que la tendencia “es irreversible”, mientras que el intendente de San Isidro pidió cautela a la espera del conteo final: “No podemos dar una cifra definitiva

El radicalismo bonaerense vivió un domingo electoral marcado por una disputa política de fondo que incluye a los principales dirigentes de la UCR. El diputado provincial de Juntos por el Cambio Maximiliano Abad y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, compitieron por la conducción del partido en territorio bonaerense.

Según los datos oficiales brindados por la UCR provincial pasadas las 23, el frente Adelante Buenos Aires, que representa Abad, gana con el 55,88% frente al 44,12% de Protagonismo Radical, la fuerza que conduce Posse. Se escrutaron las mesas de 91 municipios. Aún faltan la mayoría de los del conurbano.

Esta elección es más que una interna partidaria y así lo leen en todos los rincones del mundo radical, donde esperan el resultado oficial para conocer qué dirección puede tomar el partido en la provincia más poblada del país y qué dirigentes nacionales ganan volumen en la vida interna del partido y, por ende, en la puja de poder para conducir la UCR Nacional a partir de diciembre de este año, cuando se renueven autoridades.

Pasadas las 22.30, con los resultados de 80 distritos, Abad se atribuyó el triunfo: “La tendencia es irreversible”. “No derrotamos a nadie, vamos a convocar a la unidad para seguir trabajando de cara al futuro, estamos contentos con este radicalismo protagonista”, remarcó el diputado marplatense -en diálogo con Canal 26- y agregó que continuarán trabajando “en el marco de la coalición” de Juntos Por el Cambio “pero para liderarla”.

“Pensaban que el triunfo iba a ser más ajustado, pero los resultados son contundentes”, manifestó un dirigente cercano a Abad luego de conocerse el resultado de las mesas de 91 distritos. A la espera de la carga de datos del Gran Buenos Aires, sostenían que “ya sabemos por nuestros fiscales que nos fue muy bien”.

Por su parte, Posse habló de “empate técnico” y pidió cautela a la espera del conteo final: “Tenemos el 20% de las actas escrutadas por lo tanto no podemos dar una cifra definitiva”.

“Para nosotros ya es un triunfo, votaron más de 105.000 afiliados, se movilizó el radicalismo en toda la Provincia y todos coincidimos, en ambas listas, en la necesidad de un radicalismo protagonista de Juntos Por el Cambio”, expresó el intendente.

Mario Negri fue de los primeros dirigentes nacionales en dar como ganador a la fórmula Abad-Revilla. A través de sus redes sociales, el diputado felicitó a los candidatos de Adelante Buenos Aires “por este triunfo” en la elección provincial: “Han defendido un proyecto colectivo y han vencido a las aventuras personalistas”. Se sumaron en la misma sintonía, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y el socio fundador de Cambiemos, Ernesto Sanz.

De antemano la elección aparecía como un duelo muy peleado en el que Abad tenía su fortaleza en las secciones electorales del interior bonaerense y Posse hacía pie en la primera y tercera sección, donde están los distritos más poblados del conurbano. Además, en el possismo esperaban sacar ventaja en La Plata y lograr un triunfo en las localidades más pobladas de la provincia.

Según el corte de ayer al mediodía había votado cerca del 15% del padrón. Un número alto para lo que esperaban en ambos búnkers. Estuvieron habilitados para votar 650.000 afiliados y la afluencia, cercana a las 100 mil personas, resultó ser una muestra representativa del pensamiento bonaerense.

La lectura de cada sector fue diferente. En el espacio que lidera Abad tenían la información de que en el interior bonaerense la participación había sido más alta que lo esperado y que en los distritos del conurbano había ido a votar menos gente que la que estipulaban. En el sector de Posse consideraban que la situación era diametralmente opuesta. Es decir, menos votos en el interior y más votos en el conurbano.

La diferencia en los datos tiene una explicación basada en la subjetividad de los participantes. Abad tiene más peso en el interior de la provincia y Posse en los primeros cordones del conurbano. Más allá de los informes preliminares, en ambos búnker consideran que el final será “palo a palo”. En las primeras horas de la madrugada del lunes la diferencia seguía siendo de más de 10 puntos a favor del legislador bonaerense.


Maximiliano Abad

“Somos muy optimistas con la gran afluencia que hay. Podemos dar el batacazo en la provincia”, señalaba a Infobae un dirigente cercano a Posse en la tarde del domingo. En ese sector consideraban que un posible triunfo retumbaría con mucha fuerza en el interior del partido y movería los cimientos del radicalismo a nivel nacional. ¿El motivo? “Del otro lado hay 32 intendentes y están Vidal, Carrió, Sanz, Morales y Naidenoff”, explicaron.

La referencia apunta a describir las diferencias en el armado político de ambos competidores. Cada candidato representa un sector importante del partido. Abad es la continuidad de Daniel Salvador, actual presidente de la UCR Bonaerense y ex vicegobernador de la gestión que encabezó María Eugenia Vidal. Tiene el respaldo del aparato radical y de la ex mandataria provincial, aunque ella haya mantenido el perfil bajo y el silencio público.

Abad tiene el respaldo de los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes) y de los presidentes de los interbloques de Juntos por el Cambio en el Congreso: el cordobés Mario Negri, al mando de la bancada en Diputados, y el formoseño Luis Naidenoff, titular del armado opositor en el Senado. Además, cuenta con el apoyo de Ernesto Sanz, uno de los fundadores de Cambiemos y hombre de peso en el interior del país.

En ese esquema juegan también el neurólogo Facundo Manes, que empezó a moverse con más frecuencia por la provincia con un ambición electoral en la mochila, y el politólogo Andrés Malamud, que forma parte de la lista de convencionales nacionales. Gastón Manes, hermano del reconocido médico, es el primero en la lista de convencionales y uno de los dirigentes que le está abriendo el juego en el circuito bonaerense.

Posse tiene el apoyo absoluto del senador Martín Lousteau, uno de los más interesados en lograr un triunfo en las elecciones de este domingo. El ex ministro de Economía tiene la ambición de ser presidente de la UCR Nacional en diciembre de este año, cuando caduque el mandato del mendocino Alfredo Cornejo. Para llegar a ese lugar necesita votos de congresales, consenso interno y peso político puertas adentro del mundo radical.

Tanto Abad como Posse quieren darle mayor volumen al partido dentro del frente opositor. Entienden que es el momento de hacerlo porque estar fuera del poder vuelve más transversales las discusiones políticas. Al final del día no habrá un solo ganador. Detrás de cada nombre propio está en juego la influencia que los dirigentes nacionales puedan tener, de aquí en más, en las decisiones importantes del partido. Entre ellas, la negociación de las listas en las elecciones de los próximos años.

Fuente: “Infobae”