El Parque Cabred, en Open Door, Luján, se convirtió en una joya natural y cultural de la provincia de Buenos Aires. Combina lo histórico con opciones de esparcimiento y lo mejor de la gastronomía criolla: asan una res completa a la vista en medio del entorno rural.
Desde el año 2022, en un predio con más de 60 hectáreas desbordadas de hermosa naturaleza, el Parque Cabred ofrece distintas actividades recreativas y la deliciosa gastronomía de campo.
“La Colonia Nacional de Alienados se fundó en 1899 y fue la primera institución abierta para el tratamiento de personas con problemas de salud mental. Su gestor, el doctor Domingo Cabred, inauguró en América un nuevo modelo de atención que venía a desterrar las prácticas imperantes”, historizó Romina Cocilovo, abogada y secretaria de la comisión directiva del proyecto que funciona en la localidad de Open Door.
El hospital fue pionero en Argentina por adoptar el enfoque de “colonia psiquiátrica abierta”, que promovía tratamientos “más humanizados” con prioridad en el bienestar de quienes padecían enfermedades mentales: los pacientes se mantenían en contacto con la naturaleza y realizaban tareas al aire libre.
“Es importante partir desde ese valor histórico para centrarnos en lo que hacemos hoy, abriendo las puertas a la comunidad con el objetivo de generar una mayor inclusión y conocimiento sobre el trabajo y esfuerzo cotidiano que llevamos adelante”, agregó.
El complejo, convertido en sitio recreativo, conserva las antiguas construcciones del nosocomio. Estos edificios, con su arquitectura de época, representan una parte significativa de la historia de la salud mental en el país y son un atractivo para explorar un aspecto poco conocido de Luján.
El proyecto recreativo impulsado por la Asociación Cooperadora del Hospital Dr. Domingo Cabred, junto con Raíz Criolla, tiene como finalidad impulsar el turismo en la zona, ofrecer un espacio de relajación y entretenimiento y conseguir financiamiento para el mantenimiento del predio.
Ideal para pasar un día de campo al aire libre con familia y amigos, abre al público sábados, domingos y feriados con una espectacular feria campera con platos que se cocinan en el momento y a la leña.
“A diferencia de las propuestas gastronómicas de otros pueblos rurales, en Raíz Criolla habita la experiencia de saborear abundante y riquísimo en un lugar único del mundo”, aseguró Juan Ramos, coordinador general del parque y asador profesional.
Con reserva previa, el menú incluye recepción, entrada, plato principal, postre, merienda, bebida sin alcohol. Cada domingo se cocina una comida distinta: a la estaca, al disco, a la parrilla, al horno de barro o al caldero. Una vez al mes, el menú principal es la vaquillona a la estaca, cuya cocción lleva más de 12 horas.
La desaparición de Cecilia Giubileo
El domingo 16 de junio de 1985 no había sido una noche tranquila en Hospital Interzonal Especializado Neuropsiquiátrico Colonia Dr. Domingo Cabred, también conocido como Open Door.
Cecilia Giubileo había certificado su entrada a la guardia a las 21.38 y desde entonces había firmado el certificado de defunción de una paciente de 23 años llamada Patricia Villalba, había revisado y medicado a otra interna con un cuadro febril preocupante, y después a otro paciente brotado al que, en realidad, debería haber sido atendido por otro profesional.
El neuropsiquiátrico de Open Door donde desapareció la médica. Recién a las 8 de la mañana del lunes, un empleado golpeó la puerta de su dormitorio, sin recibir respuesta. Cuando entró encontró la cama tendida y un par de zapatos marrones con puntera beige. No había señales de la médica ni de sus otras pertenencias
El neuropsiquiátrico de Open Door donde desapareció la médica. Recién a las 8 de la mañana del lunes, un empleado golpeó la puerta de su dormitorio, sin recibir respuesta. Cuando entró encontró la cama tendida y un par de zapatos marrones con puntera beige. No había señales de la médica ni de sus otras pertenencias
Era una noche atípica. Una médica que debió haber permanecido de guardia se fue horas antes de terminar su turno y los otros dos médicos que debían compartir la guardia nocturna con ella no se habían presentado a trabajar. Como si eso fuera poco, la colonia había quedado incomunicada del exterior: hacía horas que no funcionaba el conmutador telefónico.
Sin embargo, cuando todo indicaba que Giubileo no podría pegar un ojo en toda la noche, sus servicios no volvieron a ser requeridos. De pronto, Open Door se había vuelto un lugar tranquilo.
Recién a las 8 de la mañana del lunes, un empleado golpeó la puerta de su dormitorio, sin recibir respuesta. Cuando entró encontró la cama tendida y un par de zapatos marrones con puntera beige. No había señales de la médica ni de sus otras pertenencias.
Con el correr de los días –y de los años– la desaparición de la médica se transformaría en uno de los casos más enigmáticos de la historia criminal argentina, con pistas que apuntaron al secuestro por parte de una organización dedicada al tráfico de órganos, a un pasado político nunca comprobado, a una inexplicable fuga al exterior para incorporarse a una secta y al final trágico de una relación amorosa con una enfermera de la Colonia.
Ninguna de ellas llevó a la resolución del caso. Cecilia Giubileo no volvió a aparecer, ni viva ni muerta.