El empresario español Juan Antonio Toledo, propietario de la cadena de supermercados marplatense homónima, falleció este viernes a los 89 años.
El fallecimiento, por causas que todavía no trascendieron, se produjo a cuatro días de su cumpleaños número 90.
Toledo había nacido en Igea, España, el 26 de agosto de 1935, y vivió allí hasta los 14 años.
En la década del 20, su abuelo Antonio vino a la Argentina con dos de sus hermanos y una hermana para trabajar en campos de las provincias de San Luis y Tucumán.
Le fue bien y se volvió a España con el dinero suficientee para comprar tres fincas de regadío. Y sus hermanos, Clemente y Galo, pidieron que Juan Antonio y su familia se embarcasen a la Argentina.
“Cuando nos vinimos para América, despedirnos de mi tía Victoria y de mi tío Julián fue durísimo. Pero para mí fue mucho más duro despedirme de mi abuelo y de mi abuela. Costó que me arrancaran de los brazos de mi abuelo. Fue tremendo lo que lloré. Fue desgarrador”, recordó en un libro.
Según recopiló en la revista CENTRAL en septiembre de 2023, La familia de Juan Antonio se instaló en Mar del Plata, en la casa de sus tíos Galo y Clemente, que tenían alrededor de cuatro o cinco manzanas y una casa muy grande. Su primer trabajo fue de lavacopas en un restaurante ubicado en Alberti y las Heras, donde en esa época era la terminal de trenes. Ganaba 120 pesos por mes, cuatro por día, pero le daban comida.
El trabajo se extendía de 12 a 14 horas por día. Empezaba a las 7 de la mañana y había jornadas en que era la medianoche y seguía atendiendo, sobre todo porque el restaurante recibía a mucha gente que salía del casino. Los jueves a la tarde le daban franco, pero el resto de los días se quedaba a dormir en el local. Tenía 15 años.
Luego su familia alquiló una quinta y él cambió de trabajo. A una bicicleta que le había comprado a un amigo por 99 pesos le puso unos canastos adelante y empezó a vender lo que sacaba de la quinta: hinojo, acelga, lechuga. El primer día salió con dos lienzos de verdura para ofrecerlos. Donde veía una verdulería se bajaba y ofrecía.
El desarrollo de la quinta creció y pasó a manos de la familia, que luego extendió sus tierras a otras zonas y sembró zanahorias, papa y zapallo. A Juan Antonio le iba tan bien y estaba tan a gusto en Mar del Plata que nunca pensó en volver a España. No le tenía miedo al esfuerzo y al sacrificio. Sabía que era la manera de progresar, y eso es lo que estaba sucediendo: de la bicicleta pasó a un carro; luego, a un camión.
Al llevar verduras a diferentes comercios, Juan Antonio conoció al dueño de una carnicería que estaba junto a una de esas verdulerías, en Independencia casi Paso. Se llamaba Domingo Linardi y entabló una buena relación, al punto de que un día le pidió que le enseñara a cortar carne. Primero le enseñó a pelar los huesos, a lavar la rejilla, a afilar el cuchillo, a despostar, y luego lo dejó cortar la carne en el mostrador.
El trabajo seguía siendo en la quinta, pero a sus casi 20 años su mente ya estaba en nuevos proyectos. Así fue que con todo lo que había ahorrado, la familia se hizo una casa en Catamarca y 41, donde pensaban además poner una carnicería. El trabajaría allí, su madre se encargaría de la fruta y la verdura y su padre traería la verdura de la quinta.
El emprendimiento familiar abría todos los días, inclusive los domingos a la mañana. Y fue creciendo y expendiéndose a otros locales.
Hasta que, con un primer local que tenía carnicería, frutería, verdulería y almacén y estaba ubicado en Colón y Sarmiento, en 1966 nació la cadena de supermercados por la que décadas después se popularizó su apellido.
Con información de La Capital de Mar del Plata