Eran cerca de las 22.30 del miércoles cuando una Fiat Fiorino que se dirigía a la provincia de Río Negro chocó contra un porcino que se hallaba suelto sobre el kilómetro 498 de la ruta nacional N°3, precisamente frente al aeródromo de Tres Arroyos.

Afortunadamente, el vehículo no venía a una velocidad muy alta, y sus  ocupantes no sufrieron lesiones.

Llamaron a la grúa y se retiraron del distrito hacia Bahía Blanca, donde según confiaron fuentes policiales, los esperaban unos familiares para acomodar los daños sufridos y poder continuar su regreso a casa.

Dos días antes, pero en el distrito de Adolfo Gonzales Chaves, un productor agropecuario chocó una vaca con su camioneta. Otro accidente sin heridos, pero con un claro mensaje: los animales sueltos siguen siendo un peligro para los automovilistas.

En ambos casos, la inexistencia de lesiones de gravedad, hizo innecesaria la realización de actuaciones judiciales de índole penal, aunque meses atrás, un tresarroyense que se dirigía en moto a trabajar, perdió la vida al chocar una yegua que se le cruzó en el camino de cintura.

Dos jefes policiales de áreas donde suelen darse este tipo de accidentes, coincidieron en reconocer que no es muy frecuente que se den estos hechos, muy díficiles de prevenir al margen de la responsabilidad del propietario de cada animal.

Si bien en el caso del porcino de la noche del miércoles no se logró identificar a su propietario, ya que ese tipo de animales generalmente no lleva marcas, el oficial principal Mario Pio, titular del Destacamento de Seguridad Vial de Tres Arroyos, expresó que, “uno siempre trata de hablar con la gente y de concientizarla del trasfondo que puede tener la posibilidad de que se les escape un animal o tengan un alambrado roto, porque no nos ponemos a pensar el problema mayor que puede traer eso. Porque una colisión te puede llevar hasta la muerte”. No obstante, en ese sentido, reconoció que no es frecuente sufrir estos episodios, “no hemos tenido problemáticas con lo que es animales sueltos en la jurisdicción, más allá de algún caballo suelto que se da porque se corta una soga o se da una situación así, pero después no veníamos teniendo problemas con campos o establecimientos rurales que estén linderos a la ruta”.

Carpinchos y liebres

La variedad de especies que pueden cruzarse en el camino y provocar un accidente, denota el caudal de peligro que significan los animales sueltos en la ruta, donde además de los propios para la producción convencional, se suman carpinchos y liebres.

“El tema de los carpinchos ahora está tranquilo, pero sabe haber. Principalmente en las zonas donde hay agua, en el caso de Tres Arroyos, sobre la ruta 73, entre El Pescado y Claromecó, a la altura de Guisasola”, indicó Pío, antes de referirse a las liebres, “estamos entrando en la época de la liebre y es muy grande el cruce de liebres que se da sobre la ruta. Uno piensa que es un animal chico, pero a la velocidad que se viaja, es como el vehículo recibe un piedrazo”.

Para el jefe de Vial, los accidentes con animales en la ruta muchas veces terminan siendo imprevisibles, “es algo que se da manera totalmente inesperada cuando venís manejando. A veces, uno viene conduciendo y el temor es que el de adelante no te frene o sobre pasar bien, pero nunca vas a pensar  que te vas a encontrar en el medio de la ruta con un animal. Eso es totalmente inesperado. Al pasar algo así, tenés un accidente de magnitud”, graficó.

Por otra parte, Pio también subrayó que, además de la policía, existen otro organismo preventivo dedicado a observar el estado de los cercos perimetrales, “hay que tener en cuenta que, además del trabajo de la policía, también tenemos al INTI, que se encarga del cumplimiento de las normas de las concesiones viales. Ellos también están encargados de controlar que todo esté bien, beneficiar a los ciudadanos y decirles cuando algo está mal (en un establecimiento rural)”, destacó.

Fuente: La Voz del Pueblo