Los resultados de la autopsia confirmaron que Rosario Domínguez (27) falleció por el impacto de un proyectil calibre 28. Se realizaron dos allanamientos, en los que se pudieron secuestrar municiones y una soga.
Rosario Domínguez (27), la mujer asesinada en un establecimiento rural en las afueras de Miramar, murió como consecuencia de un disparo en la cabeza, mientras que los demás golpes que presentaba podrían haber sido provocados a culatazos.
Según confirmaron fuentes de la investigación, la operación de autopsia efectuada por el Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica reveló que el proyectil ingresó por el oído izquierdo, circunstancia que impidió en un primer momento detectar la lesión.
La situación procesal de Jacinto Ríos (35), el marido de Domínguez, se complicó aún más por esta nueva prueba debido a que varios testimonios señalaron que en el campo donde ocurrió el crimen tenía un arma de calibre similar al de la munición extraída de la cabeza de la mujer.
La fiscal Ana Caro y su auxiliar Martín Spezia allanaron junto a la policía miramarense las instalaciones del establecimiento rural y la casa en la que vivía alternativamente la pareja. El juez de garantías Juan Tapia autorizó esas requisas de los domicilios con el objeto de encontrar elementos de importancia.
Precisamente, los resultados del extenso procedimiento fueron positivos. En el campo de 35 hectáreas ubicado en el kilómetro 15 de la ruta 77 y unos 2000 metros hacia el lado de Mar del Plata fueron secuestrados varias municiones y una soga a metros de donde estaba el cuerpo de Domínguez.
También fue allanada la vivienda situada en calles 21 y 74, que periódicamente habitaba la pareja, aunque los investigadores no encontraron allí elementos de interés.
En un principio, la fiscal Caro tomó como hipotética mecánica de muerte los traumatismos evidentes en la cabeza y en el rostro, todo esto a partir de la inspección ocular de los médicos. Sin embargo, tras lavarse el cadáver y realizarse la autopsia se descubrió que un proyectil había ingresado por el oído izquierdo sin dejar lesiones a la vista. Los forenses confirmar eso y también que los cortes y contusiones que presentaba la mujer podían ser compatibles con “culatazos” del mismo arma.
Vale recordar que fue el propio Ríos el que se comunicó con la policía en la tarde del jueves para decir que había encontrado a su mujer sin vida. Los policías al llegar al lugar advirtieron alguna conducta contradictoria en Ríos y cuando la propia fiscal Caro asistió se hizo más notorio el nerviosismo y las incongruencias en el relato. Ante esto, la fiscal aprehendió de urgencia a Ríos y el Cuerpo Médico policial lo revisó: tenía rasguños en la espalda y otras partes del cuerpo.
Ríos quedó acusado de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género” y fue sometido a un hisopado en las manos para la prueba de dermotest, la que permite establecer si accionó un arma y si las partículas de la deflagración quedaron incrustadas en su piel. De todos modos, los resultados de este peritaje (también sobre las ropas secuestradas) demorará varios meses, por la poca disponibilidad de recursos en la provincia.
De los procedimientos participaron Policía Rural, miembros de Científica, Dirección de Comunicaciones de Policía con drone y cámara térmica y el cuerpo de rescates especiales, quienes hicieron el relevamiento por parte de agua, específicamente sobre un canal y una laguna, cercana a donde se halló sin vida a la mujer.
La Capital