Son varios los vecinos radioaficionados que fueron protagonistas en 1982. Tras subir los 278 escalones del faro de Claromecó, el segundo más alto del país, lograron hacer tareas de espionaje de gran calibre.
Uno de los líderes de esta “operación vecinal” fue Omar Ángel López Cabañas, más conocido como Lito.
“Todos creíamos que los ingleses no iban a venir porque estaban lejos, pero en esa señal que captó se descubrió que el plan que tenían era hacer base y reabastecerse en la Isla Ascensión” (una isla británica ubicada en el Océano Atlántico entre medio de América y África).
“Este dato lo motivó a contactarse con un amigo marino que estaba en Puerto Belgrano”, continuó relatando.
“Lo que Lito descubrió fue una señal oculta en una radio de Río Gallegos que era utilizada por las FF.AA inglesas para triangular las comunicaciones. Él interfirió la antena patagónica impidiendo esa triangulación”, aseguró, Hugo Cortés otro de los vecinos que participó en aquel momento.
“Cuando Lito detectaba una información que podía ser útil, llamaba a sus contactos de Puerto Belgrano, en Punta Alta, y le pasaba todo lo que escuchaba”, aseveró Cortés.
Esta historia, de la que algo se publicó en el periódico de Tres Arroyos, salió a la luz a partir de un simple recorrido sobre los faros argentinos y a través de la inquietud de un oyente que se transformó en protagonista e impulsor de un recuerdo que honra –una vez más- a tantos y tantas argentinas que sintieron un deber patriótico en aquel momento.