El Gobierno de Axel Kicillof oficializó la puesta en marcha un dispositivo para explorar la posible existencia de litio, el denominado “oro blanco”, en la provincia de Buenos Aires, y que pese a que encamina al país a convertirlo en el tercer mayor productor en pocos años, genera polémica por su extracción en diferentes zonas de Jujuy.
A través de la Resolución 543, publicada este martes en el Boletín Oficial, el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, aprobó el convenio firmado entre la Subsecretaría de Minería bonaerense y el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) y que busca estudiar la posible presencia de litio en la zona centro y parte del sur del territorio.
El acuerdo había sido firmado en agosto entre el presidente de Segemar, Eduardo Zappettini, y el subsecretario de Minería, y Federico Luis Aguilera, con el objetivo de establecer un marco de cooperación interinstitucional para la participación, el intercambio de conocimientos y la realización de actividades de interés mutuo. En este contexto, las actividades de cooperación entre ambos organismos se iniciarán con la evaluación del potencial geológico en sustancias de interés económico en sectores seleccionados de la provincia de Buenos Aires.
En los fundamentos de la medida, se indicó que “resulta fundamental poder reconocer la potencialidad minera de la provincia de Buenos Aires en recursos poco o nada explorados, los que hoy, en el marco del contexto económico global, presentan un carácter estratégico o de importancia económica estratégica para el desarrollo industrial de la provincia y el país (como ser la presencia de litio, tierras raras, entre otros)”.
Asimismo, se señaló que “el eventual hallazgo de estos elementos y lo que pudieran significar para el aparato productivo bonaerense, en cuanto a la generación de fuentes de trabajo, inversiones y desarrollo económico resulta de gran trascendencia”.
Los estudios del servicio geológico se centrarán en el sistema de tandilia y parte del sur bonaerense, y de acuerdo a las estimaciones la primera etapa de búsqueda, llamada prospección, durará unos cuatro meses.
El paso siguiente, que llevará más tiempo, consiste en delimitar zonas específicas en las que hayan encontrado “anomalías” que podrían corresponderse con litio o con alguno de los considerados Elementos de Tierras Raras. Ahí se hacen pozos, se extrae el material y se analiza su composición química.
Sin embargo, esta apuesta geopolítica y económica viene generando en otras regiones del país, como Jujuy, Salta y Catamarca, mucha polémica. allí, pueblos originarios y grupos de vecinos se oponen a la explotación del mineral por el impacto que eso genera en el ambiente.
El litio es un mineral de moda desde hace un par de años por la importancia que tiene en las baterías de celulares, computadoras portátiles, autos eléctricos y otras maquinarias de la industria. El considerado “oro del futuro”, coloca a la Argentina como el cuarto productor mundial de carbonato de litio (LCE), por detrás de Australia, Chile y China.
En la actualidad, con los tres proyectos de litio en operaciones (Mina Fenix en Catamarca, y Salar Olaroz y Cauchari-Olaroz en Jujuy), la capacidad de producción instalada llega a 77.500 toneladas de LCE al año, las que se exporta en poco más de 40% a China, un 30% a Japón, y alrededor de 10% a Corea, países asiáticos que concentran 85% de la demanda global. Pero de acuerdo a proyecciones oficiales, el país podría multiplicar su producción de carbonato de litio y hacia 2026 llegar hasta las 260.000 toneladas.