Francisco Quirós, hijo del reconocido médico que murió en el trágico accidente ocurrido en la ruta 88, rompió el silencio con un conmovedor testimonio en el que expresó su dolor y pidió justicia. “Tengo una lanza clavada en el pecho”, afirmó.
“Es durísimo lo que estoy viviendo. No se lo deseo a nadie en el mundo”, expresó Francisco, tras perder a su padre Diego Quirós y a Iñaki, el hijo de 9 de la esposa de su papá.
El accidente ocurrió en la llamada “ruta de la muerte” cuando el doctor viajaba junto a su familia y chocó contra un acoplado cargado con cereal que se había desprendido de un camión y quedó atravesado en la calzada.
Francisco, de 24 años, ahora se enfrenta al desafío de recomponerse en medio de la tragedia y acompañar a Yanina, la esposa de su papá que sobrevivió al accidente y que permanece internada en estado delicado en la Clínica Colón. “La gente va a darle mucha fuerza para que se recupere”, contó. “Por suerte le pudieron cerrar el abdomen, pero hay que esperar las próximas 72 horas. Va a tener que ser operada de la columna. Tiene un pulmón perforado, un hematoma subdural y múltiples lesiones. Ver morir a su marido y a su hijo…”, dijo.
El joven recordó a su padre con emoción y destacó el rol que tuvo en su vida: “Era un tipo híper presente. No tenerlo ahora me parte el alma. Me tocó madurar de golpe. Con 24 años voy a tener que salir a la cancha para honrar su legado. Era mi mentor, mi guía. Nuestro sueño era trabajar juntos”.
Acompañado por el abogado Juan Manuel Beliure, Francisco exige que la investigación avance con celeridad. “Quiero que se haga justicia por mi papá. El camión no tenía la VTV (Verificación Técnica Vehicular) y el chofer no contaba con registro. El acoplado estaba salido, claramente no estaba apto para circular. Mi abogado está trabajando para que siga detenido”.
Además del pedido de justicia, Francisco apuntó contra el mal estado de la ruta 88. “Un amigo mío falleció el año pasado en la misma ruta. No puede ser que no esté alumbrada, que no sea doble carril, que tenga tanto tránsito y esté así de abandonada”.
Sobre el conductor del camión, fue claro: “Que dé la excusa que quiera. Ambos sabemos que carga con la muerte de mi padre y de un niño. Él se va a defender, y nosotros vamos a defender lo nuestro”.
En medio del dolor, Francisco se mostró conmovido por las muestras de apoyo recibidas. “Me llegaron mensajes desde Japón, Estados Unidos, de médicos de todos lados. Fueron palabras muy lindas. Pero yo me levanto todos los días temblando. No estoy pudiendo dormir. Tengo una lanza clavada en el pecho”.
Fuente: Ahora Mar del Plata
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