Así lo confirmó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) que solicitará que se profundice la hipótesis del homicidio y la responsabilidad de los funcionarios policiales. Daiana Abregú fue hallada muerta dentro de una celda tras haber quedado detenida por una contravención.
El informe preliminar de la reautopsia realizada al cuerpo de Daiana Abregú, la joven que apareció muerta en una comisaría de la ciudad bonaerense de Laprida, descarta que se haya suicidado.
Según se informó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), el informe concluyó que “la joven no presentaba lesiones en el cuello compatibles con el ahorcamiento y que murió por un cuadro general asfíctico”, por lo que “este resultado echa por tierra la hipótesis del suicidio tal como habían sostenido los funcionarios policiales desde el primer momento”.
Para la Comisión, “la escena en que fue hallado su cuerpo fue armada por los funcionarios policiales para ocultar lo ocurrido”.
“Examinado el cuello, no se observó surco de ahorcadura”, además se afirma que “no se constataron lesiones en músculos del cuello… no se constataron alteraciones en laringe. Hueso hioides indemne”, se indica en el informe preliminar y la justicia está a la espera de los resultados finales y de los estudios complementarios que serán los que demostraran con qué mecanismo se produjo la muerte de la joven que fue encontrada muerta el pasado 5 de junio en la celda de la comisaría, tras haber sido detenida por una contravención menor de “alteración del orden público”.
El estudio se realizó por pedido de la CPM, que interviene en la causa como Particular Damnificado Institucional en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura.
Según informó la CPM en un comunicado, la primera autopsia se realizó sin aplicar el protocolo de Minnesota y por lo tanto sin respetar los estándares internacionales mínimos de investigación en casos de muerte bajo custodia estatal, tampoco se realizaron radiografías, fotografías completas ni filmaciones conforme lo establecen los protocolos vigentes, y además no se completaron extracciones de piel que podrían dilucidar el origen de algunas lesiones que se observaban ya en ese momento.
Del resultado de esa autopsia, en la que participó una única perita, se desprendía que Daiana había muerto por un paro cardíaco por asfixia mecánica.
“A pesar de las enormes irregularidades de la primera autopsia, y de estar al frente de una unidad especializada en delitos de violencia institucional, el fiscal Ignacio Calonje defendió el primer estudio, incompleto y deficiente, oponiéndose durante semanas a la realización de esta nueva autopsia”, indicó el organismo provincial.
La reautopsia fue llevada a cabo siguiendo el protocolo de Minnesota, en la Asesoría Pericial de La Plata, y con un cuerpo de peritos médicos forenses: María Andrea Noms, Rubén Neme y Claudia Becerra y la perito de parte de la CPM, Mariano Salgado.
Tras obtener esos nuevos resultados, el organismo señaló que junto a otras pruebas que constan en el expediente “obligan a profundizar la hipótesis del homicidio y la responsabilidad de los funcionarios policiales que fraguaron la escena de la muerte”.
El hecho ocurrió el domingo 6 de junio, cuando Abregú, que era madre de un niño de 9 años, apareció muerta en la celda de la comisaría de Laprida, tras haber quedado detenida por una presunta contravención. Según la versión policial, la joven se habría ahorcado con una campera alrededor de las 15 de ese día.
La madre de la joven, María Laura Abregú, contó a la prensa local que la Policía le comunicó que su hija había sido detenida por una pelea con otra joven, aunque la versión oficial habla de “una contravención”, y sostuvo desde el principio de la causa, que no cree que su hija haya podido quitarse la vida, porque tenía un hijo.
El expediente fue caratulado por el momento como “averiguación causal de muerte” por el fiscal Ignacio Calonje.