Desconocidos se apoderaron en Tandil del busto de Juan Domingo Perón ubicado en la estación de trenes de la localidad.

La estatua tiene un enorme valor histórico y estuvo ligada a los distintos avatares de la política nacional. Había sido colocada como recordatorio de la única visita del líder justicialista a la localidad que tuvo lugar en 1946, a pocos días de su primer triunfo electoral.

En 1955, cuando se produjo el derrocamiento del mandatario, dirigentes de la oposición se apoderaron del busto y lo arrastraron por las calles de Tandil, una práctica que se replicó en diferentes localidades del país. Tras ser recuperado, volvió a instalarse en 1984 y en 2016 se colocó un cartel recordatorio con una reseña de esos acontecimientos históricos.

En las últimas horas, autoridades partidarias de Tandil alertaron sobre el faltante del emblemático monumento.

“Atacar estos espacios implica atacar ideas, sueños y compromisos que muchos vecinos y vecinas de nuestra ciudad identificados con el pensamiento de Perón, han utilizado y utilizan como punto de encuentro y recuerdo de quien fue tres veces presidente de los argentinos por el voto popular” explicaron.

Inmediatamente, lo asociaron a los “discursos de odio” y de intolerancia política propios de la coyuntura política: “En tiempos en donde se alzan voces de odio, que luego tienen consecuencias como las que hemos vivido en este último tiempo en Argentina, cuando se atentó contra la vida de nuestra vicepresidenta, es necesario manifestarse en favor de la no violencia” consideraron.

En esa dirección, se manifestaron “en favor de fomentar la tolerancia y respeto a todas las ideologías como así también hacia la historia y sus símbolos” y repudiaron “cualquier tipo de violencia ya sea física, verbal, simbólica, política o institucional.

Por último, solicitaron a las autoridades judiciales que encabecen “una investigación sobre lo ocurrido”.

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