Como hace el “Millonario” para entrenar las inferiores
Ya no hay botines desparramados, ni camisetas transpiradas ni bolsas de pelotas por llenar. Atrás quedaron los exhaustivos entrenamientos, las charlas en conjunto, las comidas compartidas, las horas de estudio en grupo y los momentos de ocio a pura risa. A poco de cumplir un mes desde que River decidió cerrar sus puertas por la pandemia de coronavirus, las inferiores millonarias atraviesan un tiempo quizás nunca antes vivido. Pero hoy, pese a la distancia, hay un vínculo constante que no se pierde. La extraña época obligó a una readaptación tan necesaria como contenedora.
El 14 de marzo pasado, mientras la primera fecha de la Copa Superliga ya se había iniciado, River cerró y suspendió todas sus actividades por tiempo indeterminado. Tras una decisión que trajo polémica y debate, la institución coordinó un plan para que los 80 jugadores de las divisiones juveniles e infantiles que viven en Casa River pudieran regresar a sus domicilios. Así, desde ese día comenzaron a irse los chicos de Buenos Aires y, además, desde la pensión se contactaron con los padres de aquellos que viven en las diferentes provincias del país para organizar los traslados.
De esta manera, el club se ocupó de que cada jugador tuviera quién lo fuese a buscar y, además, coordinó con la empresa Vía Bariloche el envío de los pasajes sin costo para aquellas familias que no podían llegar a la pensión por sus propios medios, ya que los menores de edad debían ser retirados obligatoriamente por los padres. El procedimiento, que duró 72 horas, finalizó el martes 17.
A partir de ese momento, los 400 jugadores de las 14 categorías del fútbol amateur se entrenan en sus casas con una rutina que se lleva a cabo de lunes a viernes y tiene diferentes horarios y contenidos según las edades. Todo se realiza a través de una aplicación que se descarga para dispositivos móviles, con el objetivo de generar un complemento entre los entrenamientos físicos, psicológicos y tácticos. Allí radica una clave fundamental: además de mantener la forma, el club también apunta a brindar un espacio de contención con diálogo constante.
“Todas las categorías trabajan con una aplicación para estar conectados al mismo tiempo y con sus entrenadores y preparadores físicos. Nuestra intención era que los chicos no dejaran de entrenar para no perder ritmo desde lo físico. Con la ayuda de la tecnología, se puede hacer de manera grupal desde sus casas.
Además, por fuera de lo físico, hay fundamentos tácticos, trabajos didácticos, recomendaciones del departamento médico, indicaciones del área de nutrición y contacto directo con el área de psicología. De esa manera se genera un vínculo permanente entre el plantel y sus respectivos cuerpos técnicos”, cuenta Fernando Guarini , vocal titular y presidente del Fútbol Amateur de River ,
Los cuerpos técnicos de cada categoría llevan adelante 30 minutos de análisis de video con los contenidos que cada uno disponga para las seis categorías juveniles y existe la chance de hacerlo por líneas de juego o de forma grupal. Además, River compartió un nuevo plan de nutrición elemental para que los jóvenes mantengan una buena alimentación durante el tiempo que se deban realizar los entrenamientos a distancia.
Por otro lado, en cuanto al área educativa, la institución parametrizó la plataforma digital Microsoft TEAMS para que los jugadores que son alumnos del Instituto River continúen su proceso de aprendizaje.
Entre otras cosas, TEAMS permite el uso de archivos multimedia, videoconferencias, forms, wiki, chat y actividades individuales y/o de grupo con la posibilidad de realizar devoluciones en tiempo real. Todos los contenidos y el desarrollo de las clases virtuales están siendo supervisados por las autoridades de cada nivel.
Además, el Equipo de Orientación Escolar de los niveles inicial, primario y secundario participa activamente enviando a los adultos responsables materiales de lectura. Por otro lado, también existe una mesa de ayuda para resolver los inconvenientes que pudieran surgir a partir de esta nueva modalidad.
En tiempos de una pandemia que rompió todos los planes, la responsabilidad de las categorías formativas se acrecienta. Estar cerca de los niños y jóvenes que se encuentran en etapa de crecimiento y desarrollo es una necesidad que se torna casi con obligación: los clubes deben estar presentes y brindar amparo y contención para que la distancia se sienta lo menos posible.
Por: Juan Patricio Balbi Vignolo