Vélez acababa de empatar 0-0 ante Lanús. Agustín Bouzat fue el encargado de hablar con la transmisión oficial del partido y tras cumplir con la prensa se dirigió a los vestuarios, pero al bajar las escaleras hacia el túnel, se sacó la camiseta y la lanzó a la Platea Norte del estadio José Amalfitani. Lo que no imaginó el ex Boca es que iba a iniciar una verdadera guerra.

Un niño atrapó la casaca, pero al mismo tiempo también tomó el otro extremo una mujer que se hallaba a centímetros de su ubicación. Y comenzó un tironeo absurdo, que ganó la señora, quien se sentó junto a su compañera de butaca y no pareció escuchar los planteos del pequeño, que terminó rompiendo en llanto por la frustración. Todo, ante la atenta mirada de decenas de fanáticos que aún habitaban la platea y observaban el sorprendente espectáculo.

Dos miembros de la seguridad privada intentaron intermediar, pero no hubo caso. A pesar del pedido del niño, la mujer, que llevaba una bolsa y usaba barbijo, no soltaba la indumentaria del mediocampista. “No, porque yo se la pedí”, argumentaba ante las lágrimas del joven hincha. Y esas palabras acrecentaron el alboroto.

Es que otra aficionada, que atendía al conflicto un par de filas más arriba, se acercó ofuscada y le empezó a gritar: “¡Te tiene que dar vergüenza!”. “¡Se la dio al pibe! ¡Se la dio al nene!”, insistió la tercera en discordia. “Está llorando la criatura, te debería dar vergüenza”, arremetió. “Por favor, a mí me la dio”, le reclamaba el pequeño, juntando sus palmas en forma de súplica.

La temperatura comenzó a subir. Porque más hinchas se arrimaron al corazón de la escena para ponerse del lado del niño… Hasta que la mujer aflojó. Y le entregó el tesoro en disputa, actitud que desató los aplausos de todo el sector, que gritó el gesto casi como el gol que no se vio en los 90 minutos del pleito por la Liga Profesional.

El chico finalmente posó con la camiseta y fue el fanático más feliz en Liniers, en una noche que no dejó conformes a los locales.