Fue 3-1 en el alargue con goles de Pratto, Quintero y Martínez. Benedetto había adelantado a Boca, que terminó con 9 por la expulsión de Barrios y la lesión de Gago.
iver se impuso a Boca por 3-1 en una Superfinal para el recuerdo en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid y es por cuarta vez campeón de la Copa Libertadores de América.
Pese al interminable y merecido festejo final, el Millonario tuvo un comienzo desfavorable.
Porque arrancó inconexo y no tuvo un buen primer tiempo, pero fue de menor a mayor. Y así se vio en desventaja por tercera vez en la serie.
A los 43, Nahitan Nández, uno de los jugadores más influyentes del juego, fue quien habilitó a Darío Benedetto, en una contra tras un error de Andrada que pudo costarle al Xeneize el primer gol del partido. El Pipa recibió lanzado en velocidad, desairó a Maidana con un control orientado genial y tocó con clase al gol ante la salida de Armani. Gol antológico para un final para el recuerdo.
En el complemento River salió con otra actitud y no tardó en llegar con riesgo. Un remate de Nacho, tras una buena pared con Lucas Pratto, se fue apenas afuera a los dos minutos y un ratito más tarde, Andrada controló un disparo de Exequiel Palacios.
A los 10, llegó la infaltable polémica, Pratto anticipó a Esteban Andrada, puteó la pelota y el arquero se lo llevó puesto. Pareció penal, pero el árbitro juzgó falta en ataque.
Acto seguido saltó a la cancha el colombiano Juanfer Quintero en reemplazo de Leonardo Ponzio, quien estaba amonestado y no venía teniendo un buen partido. Guillermo le respondió al Muñeco refrescando el ataque: Wanchope Ábila por Benedetto.
A los 22 llegó la jugada colectiva de la tarde y, consecuentemente, el empate. Nacho combinó con Palacios por derecha, llegó al fondo libre de marcas y sacó un centro atrás para el toque al gol del Oso Pratto. Supergol para la Superfinal. Era justicia por el arranque furioso del Millonario desde el descanso y también porque al juego ya se había sumado el Pity Martínez, casi siempre actor decisivo y responsable de la levantada también anímica de su equipo.
De ahí hasta los 90 dio siempre la sensación que River estaba un poco mejor, con Boca a la espera de abrochar una contra. Pero ninguno pudo poner en serios riesgos al rival y hubo que jugar media hora adicional.
De arranque, a los dos minutos, Wilmar Barrios, de flojo partido, vio la roja por una infracción a Palacios, que no se llegó a apreciar como para segunda amarilla. Eso obligó al Mellizo a reordenar piezas: metió a Leonardo Jara por Sebastián Villa para ganar marca, pero resignando buenas chances de ataque. El Muñeco, en tanto, se decidió por Julián Álvarez, delantero, por Palacios, mediocampista. El pibe tuvo la mejor de ese primer cuarto de hora, pero su tiro salió desviado.
A los 107 minutos de partido llegó la emoción cumbre: Juanfer Quintero rompió la paridad con un remate desde fuera del área que reventó el travesaño antes de picar lejos de Andrada. 2-1 y la gloria.
De ahí en adelante Boca fue en busca del empate con lo que le quedaba y arrinconó al Millonario, en un cierre dramático que tuvo todo. Situaciones de gol, Andrada cargando en dos córners contra el arco rival, Gago abandonando la cancha con una nueva lesión y un tiro en el palo de Jara en el minuto 119, pero la suerte estaba echada. A los 121, en la corrida final, Martínez corrió al arco libre y desató la locura final.