El martes pasado se celebró el Día Internacional del Libro. La tradicional cita estuvo sembrada de actos que promovieron el amor por la literatura y que seguirán durante los próximos días en todo el mundo.
Un contexto que el comparador Acierto.com ha querido aprovechar para analizar los beneficios de la lectura sobre nuestra salud y para recabar algunos títulos de desarrollo y crecimiento personal muy recomendables.
Sí, porque entre otras muchas virtudes, leer nos enseña a sentirnos mejor y, en consecuencia, a ser un poquito más felices. En concreto, atenúa el estrés y la ansiedad -leer 6 minutos sin distracciones ayuda a reducir el estrés hasta un 60%-. Pero, ¿cómo?
Cuestión de salud
Si nos centramos en la parte psicológica, durante la lectura relajamos los músculos y se reduce nuestro ritmo cardíaco.
Sus beneficios son similares a los que se obtienen de la meditación, y existen motivos para pensar que resulta más eficaz que escuchar música o salir a dar un paseo tranquilo.
Otro punto positivo es que favorece el descanso, sobre todo si lo incluimos en nuestro ritual de ir a la cama. ¿El motivo? Que nos permite desconectar de nuestros quehaceres y preocupaciones diarias; y conciliar el sueño más fácilmente. Lo que hace es reducir las posibilidades de que nuestro cerebro continúe activo dándole vueltas a distintos asuntos.
Las conexiones de nuestro cerebro también mejoran: los expertos apuntan que leer habitualmente refuerza las interconexiones neuronales. Eso, a su vez, reduce las posibilidades de padecer enfermedades como la demencia y fomenta la agilidad mental.
Directamente relacionado con lo anterior, los libros nos ayudan a ejercitar la memoria. Este beneficio, eso sí, se encuentra vinculado en especial a la lectura en verso que, además, es capaz de despertar un mayor grado de intensidad emocional, clave para el recuerdo. Además, estimula la imaginación, el ingenio y la creatividad.
Asimismo, nos permite escapar de la realidad, nos enseña nuevas formas de ver la vida, a relativizar, e incluso a ser más empáticos. Sí, porque a través de los personajes, de analizar sus motivaciones, su situación familiar, clase social, etcétera, aprendemos a ser más tolerantes.
Al mismo tiempo, incide positivamente en nuestras habilidades comunicativas, enriqueciendo nuestro vocabulario y provocando que nuestro lenguaje sea más fluido.
E incluso son útiles para procesar determinadas experiencias, básicamente porque proporcionan a las personas más información sobre algo que han pasado. Por ejemplo, un libro sobre una mala relación podría ayudar a evidenciar una situación de este tipo.
Cuando leemos se activan regiones cerebrales que llevan a cabo procesos a partir de los acontecimientos de la narración y que pueden evocarnos confrontaciones y experiencias personales.
Cuándo ir al psicólogo
A pesar de que la ayuda de los libros resulta innegable si nos encontramos en crisis, es imprescindible saber diferenciar entre un mal momento y algo más grave que requiera de asistencia psicológica como, por ejemplo, una depresión. Y es que, según el último informe realizado por el comparador de seguros de salud Acierto, hasta 300 millones de personas en el mundo la sufren.
La enfermedad se ha disparado en España hasta un 19% en el último año. Por desgracia, hasta 6 de cada 10 españoles no se han planteado nunca ir al psicólogo, un profesional clave para enfrentarse a ella con las herramientas apropiadas.
Por fortuna, las nuevas generaciones se muestran más receptivas, especialmente las mujeres, las menos prejuiciosas a la hora de admitir que van a terapia.
Se trata de un reconocimiento importantísimo y que resulta fundamental en una normalización.
Además, los problemas psicológicos no solo afectan al paciente en sí mismo, sino a su entorno y a su morbimortalidad como ciudadano.
La relación con el cerebro
Los científicos están cada vez más interesados en estudiar la relación entre la lectura y el cerebro, y cómo la ficción puede llegar a mejorar la salud mental de una persona.
Hace unos años, investigadores de la New School for Social Research descubrieron una conexión entre la Teoría de la Mente -la habilidad de una persona de saber lo que está pensando otro-, y la lectura de un pasaje de ficción literaria.
Otro grupo de científicos replicó el estudio y obtuvo resultados diferentes: la conexión fue entre la Teoría de la Mente y una relación de toda la vida con la lectura.
¿Qué mejor herramienta para el aprendizaje que los libros?
1. La lectura es un ejercicio para la mente, así como una bicicleta lo es para el cuerpo. Es un “superalimento” para nuestro cerebro.
2. Para leer, se necesitan aplicar, aunque uno no se dé cuenta, varios procesos mentales: el razonamiento, la memoria y la percepción juegan un rol fundamental.
3. Al leer se activa el hemisferio izquierdo del cerebro, el sector que se encarga del razonamiento lógico y de las capacidades analíticas del individuo.
Fuente www.lanueva.com