En la 178ª Junta de Directores, la entidad reflexionó sobre el valor del periodismo en tiempos complejos. Su visión sobre la guerra en Ucrania y el contexto local.
En la 178ª Junta de Directores de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), se dio a conocer el informe semestral que abarca dos puntos fundamentales que atraviesa el país como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el marco local.
“En ese contexto, el periodismo siguió tratando de aportar su papel de brújula, de ordenador, de traductor. Siguió poniendo luz a lo desconocido, transparentando lo que se quería ocultar, denunciando los autoritarismos y las arbitrariedades, abriendo los ojos de un mundo que se hermanaba en la solidaridad y hacía frente a la irracionalidad. Siguió apostando a preservar derechos humanos básicos como la vida y las libertades públicas”, menciona el informe.
En la situación internacional se destaca que la prensa argentina demostró de forma eficaz para qué sirve “con sus errores, incluso con sus desvíos, pero tratando de sobreponerse a la propaganda y la desinformación” y a su vez procurando “informar con precisión y opinar con rigor, aun desde distintas miradas editoriales”.
Adepa manifiesta que en la labor periodística que se llevó a cabo en la guerra fue de gran importancia porque nuevamente permitió que la prensa enfrente los desafíos de censura, persecución y violencia: “No es casual que la represalia sea por lo general contra periodistas o medios y no contra plataformas o redes sociales. Los hechos, las personas en el lugar de los hechos, las opiniones basadas en hechos siempre son más molestas que los memes, los videos virales o las noticias falsas”, expresa Martín Etchevers, titular de la asociación.
A su vez en el informe felicitan la labor de los medios que fueron a cubrir la guerra desde el terreno, siendo así uno de los países que más periodistas llevó al lugar donde suceden los hechos: “La valentía, el profesionalismo y la calidad de estas coberturas merecen una congratulación y reivindican el valor del periodismo”, afirmó Etchevers.
En relación al avance tecnológico se manifiesta que los medios de prensa sufrieron profundos cambios en torno a los gigantes digitales y eso sin dudas denostó la necesidad de una nueva actualización de la inversión estatal de comunicación que en la última década se redujo en una quinta parte.
Como suele suceder en la mayoría de sus informes, Adepa también detalla los ataques y agresiones a medios y periodistas sucedidos en el último semestre, así como también las decisiones judiciales que afectaron a la libertad de expresión. Allí se destacan hechos como los episodios de violencia contra el diario El Chubut en diciembre del año pasado y el ataque al Grupo Clarín con bombas molotov.
“Es menester reiterar que es totalmente repudiable que en democracia se produzcan escaladas violentas ante cualquier disidencia en el debate público. Suena redundante recordar, a casi 40 años de la recuperación democrática en el país, principios tan elementales como la resolución pacífica de conflictos, la necesidad de un debate racional y argumentado, el respeto a las instituciones y los poderes públicos, y el ejercicio armónico de los derechos y las libertades constitucionales”, advirtió Etchevers.
Además, se destacó en una audiencia pública de la Corte Suprema la validez del denominado “derecho al olvido” y en la cual la asociación planteó la colisión de esa figura con los principios de libertad de expresión, por entender que la supresión y desindexación de información limitan el debate público y sostuvo que se deben encontrar soluciones que no supongan el ocultamiento de información, sino la corrección de esos algoritmos.
Por último y en relación al tema, se alertó sobre la reciente iniciativa que pretende regular el funcionamiento de las redes sociales desde el Estado o con participación estatal, por su potencial impacto sobre la libertad de expresión y la pluralidad del debate público.
“Con una mirada en perspectiva, el mundo, el país y la industria periodística concluyen un semestre de fuertes convulsiones. En ese marco, el periodismo y la libre expresión volvieron a estar asediados, pero también demostraron su valor estratégico para la sociedad. Eso nos permite mirar el futuro con esperanza y asimismo con una enorme responsabilidad, porque los desafíos son muchos y porque la libertad de prensa jamás está definitivamente conquistada”, finalizó Etchevers.