En América Latina, alrededor del 53% de la población aún no tiene acceso a banda ancha fija de Internet.
La Argentina y otros países de la región comenzaron a analizar con empresas de telecomunicaciones y de la industria audiovisual cómo avanzar en la modernización de
las regulaciones que rigen a estos sectores, con el objetivo de impulsar las inversiones para reducir la brecha digital.
Es que en América Latina, alrededor del 53% de la población aún no tiene acceso a banda ancha fija de internet, en comparación con el 43% en Europa del Este, el 13% en Europa Occidental y el 41% en la región de Asia-Pacífico, según datos del Banco Mundial actualizados hasta 2021, posteriormente a la pandemia de Covid-19.
Un informe de Perspectivas Económicas de América Latina elaborado -entre otros- por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)- indica que tres de cada diez latinoamericanos aun no acceden regularmente a Internet en cualquiera de sus modalidades, lo que representa el doble del promedio de los países desarrollados, lo que expone una brecha digital concreta.
En ese contexto, la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET) convocó esta semana en Barcelona, España, a autoridades públicas de Brasil, México, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Paraguay y Uruguay, a las cuales se sumaron los Gobiernos de Argentina, Chile y Ecuador.
Ángel Melguizo, economista especializado en políticas públicas y regulación digital, presentó un informe sobre la brecha digital en América Latina y propuso la constitución de una plataforma de empresas para mejorar la cooperación digital, dado el reto que registra el despliegue tecnológico en la región, y una activa articulación público-privada para avanzar.
También precisó que la desconexión está concentrada en los sectores más pobres, alcanzando al 60% en América Latina: “en el sector educativo es seis veces menos probable que un estudiante de primaria de ingresos bajos tenga una computadora conectada a Internet en casa respecto de un estudiante de familia de altos ingresos”, comentó.
A su vez, el economista consideró que la digitalización de los procesos productivos es demasiado pasiva en la región: a pesar de que el 90% de las empresas está conectada, menos de la mitad adquieren insumos por internet, por no mencionar desarrollos más avanzados (pero ya presentes en otras regiones) basados en el Internet de las cosas, inteligencia artificial o big data.
“América Latina podría superar las tendencias pre-covid en 2024 si se embarca en la transformación digital profunda, impulsado por los sectores de telecomunicaciones, tecnología y media, pero también se beneficiarán notablemente los primarios, manufacturas, salud, educación y movilidad”, evaluó Melguizo.
Por su parte, Maryleana Méndez, Secretaria General de ASIET, comentó que la industria de las telecomunicaciones y audiovisual ha sufrido grandes transformaciones debido a cambios tecnológicos, de mercado y en los hábitos de los usuarios, e indicó que por ello las autoridades públicas, reguladores, empresas y organismos internacionales “deben dialogar como actores fundamentales del desarrollo inclusivo del ecosistema digital en América Latina”.
En tanto, Carlos Magariños, Director de Estrategia Global y Asuntos Externos de la empresa Vrio Corp, destacó la necesidad de “generar una agenda propositiva de cooperación público-privada, sobre la base de un compromiso para avanzar en la reducción de la brecha digital en la región”.