Desde hoy y hasta el 20 de mayo se conmemora la Semana del Parto Respetado en todo el mundo. Esta fecha tuvo su origen en el año 2004 gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y desde entonces se replica en distintos países con un objetivo principal de visibilizar el modo en que se atienden partos en todo el mundo y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento.

A través de la Ley 25.959, que fue promulgado y reglamentada en el año 2004 y finalmente reglamentada en el 2015, en Argentina se busca defender los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y post parto.

El parto humanizado, implica generar un espacio intimo donde la madre y el hijo sean los protagonistas. Además, se intenta que el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible y que se respete las particularidades de cada familia en torno a la etnia, religión y nacionalidad, brindándole información para la toma de decisiones seguras.

¿Cuáles son mis derechos según la Ley?

La provincia de Buenos Aires adhirió a la Ley Nacional de Parto Respetado por medio de la sanción de la Ley 15.188, en el año 2020 y a través del Ministerio de Mujeres y el Ministerio de Salud se presentó una Guía de Implementación del Parto Respetado en donde entre sus puntos principales se establece que se debe:

Elegir la persona que la acompañará durante el trabajo de parto, parto y postparto.

Elegir en qué posición dar a luz.

Que se respeten los tiempos biológicos y psicológicos; evitando prácticas invasivas y suministro de medicación sin justificación.

Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas y participar en las decisiones sobre las alternativas.

Decidir no ser parte de ningún examen o intervención cuyo propósito sea la docencia o investigación.

Permanecer en contacto durante su permanencia en el establecimiento.

Recibir información comprensible y continuada sobre la salud de su hija o hijo.

Dar el consentimiento informado sobre cualquier práctica médica que se le realice a la o el recién nacido.

Tener acceso continuado a su hija o hijo mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.

Recibir asesoramiento e información sobre los cuidados.