En los últimos días se han sucedido en diferentes puntos de la provincia varios hechos similares de robo o intentos de robo contra adultos mayores por medio de un ardid que tiene por propósito despojarlos de sus ahorros o el dinero que guarden en sus viviendas.
Se trata de un engaño conocido como “El Versito” para obtener información sobre la posibilidad de que oculten dinero en los hogares y en caso de que las víctimas revelen ese dato, luego proceden a cometer el asalto.
La secuencia se inicia con una interceptación en la calle, puede ser mientras el “objetivo” camino o bien en la puerta de la casa, donde pueden estar barriendo o simplemente allí parados y charlando con un vecino.
El estafador llega en un auto en buen estado y luce bien vestido, lo que reduce cualquier grado de sospecha inicial por “mal aspecto”. Luego, entabla diálogo casi de tono familiar con la víctima y le dice que es amigo de un hijo. Vale decir que estas personas son muy hábiles para retroceder en sus afirmaciones y cuando notan que no existe un hijo, acomodan el relato por una hija, o por un sobrino.
Suelen decir entonces, al no ser reconocidos, que es porque se “afeitaron” y eso provoca las primeras debilidades en las víctimas. Para ese momento ya lograron obtener el nombre del familiar que “los mandó” y lo empiezan a utilizar. Y ahí es cuando les cuentan por qué están allí:
-“Juancito” me dijo que pasara y te dejara la plata del departamento que vendí.
-No, no. Me dijo nada Juan -dicen ya con las defensas vulneradas.
-Ah, porque me dijo que te de los dólares a vos, que los guardes con los que vos tenés.
En ese momento el estafador muestra un fajo de dinero dentro de una bolsa y aumenta la verosimilitud de su relato, lo cual, en muchos casos, es el anticipo del desenlace.
Si la persona engañada está caminando la convencen para ir hasta su casa y si está en la vereda simplemente la hacen entrar “para más seguridad”.
Una vez que están dentro todo se facilita, aunque el estafador no está allí para robar cualquier cosa. Solo busca los ahorros. No es que al ganar el interior de la vivienda hace entrar a sus cómplices que esperan en el auto y se apoderan de cualquier cosa de valor. No. Extiende su relato hasta que la víctima les muestre el “lugar seguro”, donde tienen sus propios ahorros. Recién ahí se produce el robo.
Hay referencias de al menos tres casos en el que el estafador ingresó dentro el domicilio y que la maniobra debio ser abortada o por que las víctimas no tenían dinero y solo buscaban ser solidarias con el “amigo de su familiar” o bien porque realizan el llamado a ese familiar para asegurarse.
Autoridades policiales y judiciales piden a la población que no entre en contacto con personas que no conocen. El engaño puede provenir de esta modalidad o también de personas de vestimenta formal (como un traje y corbata) que dicen ser de alguna oficina estatal, bancaria o incluso abogados.
Bajo ninguna razón deben aceptar dichos de quienes llegan en nombre de algún familiar. Si las potenciales víctimas tienen duda, que resuelvan todo con un llamado telefónico en el exterior o negando el vínculo para poner a prueba al estafador.
Ante cualquier situación de ese tipo, es conveniente llamar al 911.
La Capital