El delito como muchas otras cuestiones de la vida propia van mutando y la tecnología en algunos casos ayuda a mejorar la vida de las personas pero también puede ser utilizada con fines malignos.

Ya son conocidos varios los casos de estafas telefónicas, secuestros virtuales, ventas que nunca se concretan, entre otras cuestiones que tiene como víctimas a vecinos y vecinas.

Esta semana una firma comercial local de varios años vivió minutos de incertidumbre ante la posibilidad de que le vaciaran sus cuentas bancarias a través de computadoras que se encontraban en alguna de las provincias del litoral argentino.

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Esto fue descubierto por los empleados de la entidad bancaria cuándo vieron que desde esa zona del país habían ingresado y estaban comenzando a hacer movimientos extraños en una cuenta de un conocido cliente.

Inmediatamente los bancarios se comunicaron con los representantes de dicha firma para consultarles si esto que estaba sucediendo, lo estaban realizando ellos. Al ser negativa la respuesta inmediatamente bloquearon y cerraron dichas cuentas y así evitaron cualquier tipo de transferencia o estafa que estaban por llevar adelante desde el litoral argentino.

Lamentablemente este tipo de delitos están a la orden del día y en muchos casos se llevan adelante desde cualquier lugar del país y se concretan sin que el damnificado se dé cuenta.

En esta situación la rapidez con la que actuaron los empleados bancarios evitó el robo.