Alberto Lozauro, de 56 años, que trabajaba como colectivero es un estudioso de Malvinas, y a pocos meses de cumplirse los 40 años de la guerra, empezó una cruzada para encontrar a siete excombatientes.

Lozauro manejó durante años una unidad de la línea 216 de colectivos. Uno de sus recorridos pasa por la Base Aérea de Morón. Allí, empezó a destejerse una madeja de 40 años de historia.

Un día, un compañero de trabajo le contó que en su casa tenía una bolsa con medallas de Malvinas que había encontrado cerca de su casa, que queda atrás de la Base Aérea de Morón. “Como él sabe que soy fanático me dijo que me las daba. Al principio no le creí, pero cuando las tuve entre mis manos me di cuenta de que eran verdaderas. Ahora busco a sus dueños, porque se merecen tenerlas”.

Por eso es que desde hace nueve años empezó una incansable búsqueda. Y hace siete encontró a dos excombatientes. “Con los pocos recursos que tengo me fui al edificio Cóndor y le conté a la persona que me atendió el tesoro que tenía. Me dijo que era un poco complicado ubicar a los excombatientes pero que lo iban a intentar. Le dejé una lista con los nombres. Me fui esperanzado, pero igualmente seguí con mi búsqueda personal”, detalló.

Lo cierto es que a los pocos días llegó al edificio Raúl, un veterano que venía a buscar su medalla y su nombre figuraba en la lista que había entregado Lozauro. Le dieron su teléfono y quedaron en encontrarse. Fue así que en 2013 pudo entregarle en mano la medalla al excombatiente.

La otra la pudo entregar casi por causalidad. Otro compañero de trabajo le dijo que en su recorrido por el Palomar siempre veía a un hombre en un mástil. Curioso y no dispuesto a abandonar su lucha, Lozauro quiso averiguar quién era ese hombre. Hablando con los pasajeros, le contaron que era Farías, un hombre muy famoso en el barrio porque siempre se sentaba en el mismo lugar.

Ese apellido le resultó conocido porque era uno de los que estaba grabado en una de las medallas que tenía en su casa. Consiguió su teléfono y finalmente se encontraron también en la Base Aérea de Morón. “Lloramos un montón. Me contó la tarea que hacía arriba de los aviones Hércules. Estaba frente a otro héroe. Fueron momentos muy emocionantes y que nunca voy a olvidar”.

Ahora, en esa bolsa desgastada por los años, hay siete medallas que buscan a sus héroes. Lozauro no pierde la esperanza de encontrarlos. No sabe si están vivos o muertos, pero tiene la seguridad de que podrá estrechar sus manos o las de sus familiares y agradecerles por todo lo que hicieron por el pueblo argentino.

Los siete nombres que figuran en las medallas:

– Pérez Obdulio Alfredo: Cabo Principal.

– Tello Juan Domingo: Suboficial Auxiliar.

– Mussano Adalberto: Cabo Primero.

– Corradi Lorenzo Orlando: Cabo Primero.

– Heredia Omar Enrique: Cabo Primero.

– Ierino Juan Carlos: Cabo Primero.

– Galanti Ricardo José: Suboficial Auxiliar.

 

Fuente: TN