Modas del momento, mandatos, guiños o secretos familiares, la musicalidad con la que suena, el jugador que metió el gol en la final o la cantante que llena estadios. La elección de los nombres de los recién nacidos lleva consigo la fuerte carga emocional de una tarea que no resulta sencilla; la responsabilidad de ¿acertar? en una o dos palabras la firma que acompañará a esa persona durante toda su vida.
Cualquiera sea la variable utilizada para la elección, las tendencias actuales demuestran que un puñado de nombres para niñas y otro para niños son los más elegidos por las madres y los padres en uno de los momentos más transformadores de sus vidas. En esa prolongación los más pequeños adquieren el sello propio de sus progenitores, aunque luego, claro, eso irá quedando atrás cuando comienzan a tomar vuelo propio.
Olivia y Felipe fueron los nombres más elegidos de los recién nacidos en 2023, según la información oficial del Registro Nacional de las Personas (Renaper), que contabilizó 552.664 nacimientos en la Argentina durante el año pasado. Del total, el 51,21% (283.050) corresponden a niños y el 48,79% (269.614) a niñas. A pesar de que se registró una mayor cantidad de nacimientos masculinos hubo más nombres femeninos: en total 108.781 contra los 89.954 de los varones; esto se debe a la mayor utilización de más de un nombre entre las niñas.
Las cifras surgen de un pedido de informe realizado por el equipo de LN DATA que analizó las variables y las comparó con las de años anteriores. Entre las conclusiones se destaca que Felipe fue el más elegido de los últimos cuatro años. El podio se completa con Benjamín y Mateo, que se posicionaron segundo y tercero, respectivamente, con la excepción de 2023 cuando invirtieron sus lugares.
“Pocas son las cosas que nos hacen singulares y gozan de una aceptación del otro tan complaciente como el nombre propio”, explica Susana Kura Mauer, psicoanalista y magíster en familia. “Si bien forman parte de las modas, cuando los padres dan un nombre a sus hijos invisten esa elección con una fuerte carga emocional. Buscan, lo piensan, prueban el sentido y originalidad. Y siempre eligen el mejor. Una vez que el niño nace el nombre propio pasa a ser algo inseparable. Un ADN hecho palabra”, agrega.
Felipe tuvo, en 2023, 1862 inscripciones en el Renaper, de acuerdo a la información oficial. Luego siguieron Mateo (1747), Benjamín (1685), Valentino (1456), Bautista (1364), Julián (1300), Benicio (1194), Lorenzo (1147), Joaquín (1119) y Tomás (1074). Aquellos que desde 2020 se encuentran todos los años entre los más elegidos diez más elegidos son Felipe, Mateo, Benjamín, Valentino, Bautista, Benicio, Lorenzo, Joaquín y Tomás.
Julián tuvo un ingreso impactante en el top ten después de estar desplazado los tres años anteriores. En 2023 ocupó el sexto lugar, pero se encontraba lejos de los más elegidos: fue 25° en 2022, 38° en 2021 y 36° en 2020. Bruno fue el único nombre que en 2023 salió del ranking de los diez más elegidos; en 2020 y 2022 había estado en el puesto nueve, y en 2021, en el décimo.
“En la elección siempre se cuelan expectativas, deseos, mandatos, secretos de la vida familiar. Por ejemplo, en nenas que nacen después de tratamientos de fertilidad aparece mucho Constanza. El nombre nunca viene suelto, siempre viene asociado a algo. Y cuando no hay mandato, uno trata de elegir el más lindo, el más original, el más top”, sostiene Kura Mauer.
Las niñas
Entre las niñas, Olivia (con 2432 inscripciones) se quedó con el primer lugar por tercera vez en los últimos cuatro años, solo reemplazada por Catalina en la cima en 2021. Emilia (2298), Isabella (1838), Catalina (1764), Emma (1560), Martina (1545), Sofía (1395), Delfina (1275), Valentina (1118) y Renata (892) fueron los nombres que más se eligieron en 2023.
Todos los nombres se mantienen desde 2020 entre los más elegidos, con excepción de Renata que ingresó al top 10 en 2023. El décimo puesto cambió durante el período analizado: en 2022 fue ocupado por Josefina; en 2021 por Juana; y en 2020 por Victoria.
Otros datos salientes indican que entre 2020 y 2023 Olivia, Isabella y Catalina se mantuvieron entre el primero y el cuarto lugar de los nombres más elegidos. En 2020 y 2021 Olivia, Isabella y Catalina se encontraron entre el primero y el tercer puesto. Además, en 2022 Emilia ingresó al podio en el tercer lugar y desplazó a Isabella al cuarto; el año pasado ocurrió algo similar: Emilia ascendió al segundo lugar y Catalina bajó al cuarto.
“Cuando se elige el nombre de un hijo o de una hija se ponen en juego las aspiraciones y qué es lo que se proyecta para la vida de esa persona. Hay distintas tendencias. Por un lado, siguen existiendo y siendo eficaces los mandatos familiares. Hay familias que tienen la tradición de elegir los nombres de los abuelos o de los padres, y eso está presente”, aporta Mariela Mociulsky, fundadora y CEO de Trendsity.
“Pero esos formatos más tradicionales conviven con nuevas escrituras de familia, con otras formas de ‘mapaternidades’ que intentan hacer nuevos caminos, ir más hacia la creatividad para, de alguna manera, atravesar los límites tradicionales”, agrega.
A pesar de la convivencia de los dos formatos, entre los diez más elegidos en ambos sexos aparecen nombres más tradicionales y ninguno que rompa el molde. Para Mociulsky la dinámica no implica cambios rápidos sino “tendencias emergentes” que se vinculan con cambios culturales. Por ejemplo, mayor apertura a la diversidad también aplicada en los nombres.
“Aparecen nombres que rompen la brecha de género, como ocurre en otros idiomas, con nombres que pueden ser utilizados para varón o mujer. Hay cada vez más espacio para la diversidad y para que continúen esos tipos de elecciones”, explica Mociulsky.
“Hoy se valora mucho la diversidad, la libertad de decisión, tener más aptitud de camino para elegir, la posibilidad de tramitar por el mundo entero y se valora la infantilidad y la creatividad”, sostiene.
El año pasado el Renaper contabilizó más nacimientos de varones que de mujeres. ¿Qué ocurrió los años anteriores? En 2020 los inscriptos de sexo femenino representaron el 48,36% (269.656) y los masculinos el 51,64% (287.973) de un total de 557.629. Fue el año que tuvo la mayor brecha de los últimos cuatro años, con 3,3 puntos porcentuales.
De los 905.800 registros que hubo en 2021, las mujeres representaron el 49,11% (444.821) y los varones el 50,89% (460.979); mientras que en 2022 se inscribieron 648.320 con el 49,14% de mujeres (318.569) y el 50,86% (329.751) de varones.
Informe de Bruno Soifer y Melanie Prokopiec