Un 18 de enero de hace cuatro años, los familiares y amigos del nadador reclamaban más recursos para intensificar la búsqueda que se había iniciado el 11 de enero cuando Bermejo participaba de la final de la 37ª edición de la prueba de natación “Río-Mar” y nunca llegó a la meta.

Había viajado junto a otras 10 personas a participar de la competencia como parte del equipo master de nadadores del Club Atlético Brown de Adrogué. Era papá de dos nenas de 4 y 9 años.

Ezequiel estuvo a punto de no competir. Una demora en la inscripción lo había dejado fuera del certamen, pero la baja a último momento de otra nadadora que le cedió su lugar, lo puso entre los 550 que compitieron.

Su kayakista relató que Ezequiel venía tranquilo, que se hidrató cuatro o cinco veces. Pero en ese instante a él se le rompió el remo y no lo pudo seguir más.

Fue visto por última vez a unos 1000 metros de la costa a la altura del Balneario Terrazas, muy cerca de donde finalizaba la competencia.

Al finalizar la dura travesía, minutos antes de las 15, se constató que Bermejo no había llegado a la costa y se activó un alerta con lo que comenzó una intensa búsqueda por mar y tierra.

El guardacostas de Prefectura, lanchas, jet ski, motos de agua, aviones y hasta veleros y embarcaciones particulares fueron parte del operativo. Días más tarde, buzos tácticos se sumaron en la zona de escollera y se hicieron rastrillajes diarios por tierra hasta Arenas Verdes con la colaboración de los voluntarios de Cruz Roja.

Su cuerpo nunca fue hallado.