“Nuestra Tribuna será una hojita del sentir anárquico femenino, una pequeña gran tribuna de ideas, arte, crítica y literatura”: con estas palabras, desde la ciudad de Necochea, Fidela Cuñado, Teresa Fernández y María Fernández bajo la dirección de Juana Rouco Buela, elaboraron volantes que repartieron de norte a sur de la Argentina, para animar a otras mujeres a expresar sus ideas y colaborar con su proyecto de publicar un quincenario escrito por mujeres.
El 15 de agosto del 1922 con aparición de Nuestra Tribuna fue un hecho, una empresa llamada por su directora, quijotada.
“Hermanitas, todos los minutos, todas las horas, todos los días, las veo sumisas y esclavas. Humilladas. Y yo quisiera verlas hurañas, rebeldes, anarquistas, cantoras de sus rabias, comentando su dolor, descriptoras de sus ensueños. Pongan sus protestas bajo el ala de la anarquía y marchen a conquistar la vida que les pertenece, que es suya, porque la han soñado bella, poética y amorosa”.
El quincenario se caracteriza por incluir notas y cartas de mujeres de distintas ciudades y por sostener como criterio incluir solamente las que tuvieran nombres femeninos completos ya que no aceptaban ni seudónimos ni iniciales.
Al igual que La Voz de la Mujer, recibió muchas críticas y suscitó una polémica entre los círculos anarquistas. La publicación también afrontaba dificultades financieras y la negativa de la imprenta a seguir imprimiéndola, por las amenazas de la policía. El último número apareció en noviembre de 1923. Juana Rouco y su familia debieron abandonar Necochea.
El 1 de noviembre de 1924, en la localidad de Tandil, reapareció Nuestra Tribuna, aunque por un tiempo corto. Afrontaba de nuevo muchas dificultades. El local del periódico fue atacado a balazos por un grupo opuesto a las ideas de la publicación y esta salió de la circulación. Al año siguiente, en Buenos Aires, se publicaron los tres últimos números.
El golpe de Estado de 1930 fue un momento de inflexión para los grupos anarquistas. Con la Guerra Civil Española reapareció Juana Rouco Buela, organizando con otras mujeres de diversos partidos políticos y agrupaciones feministas, formas alternativas de ayuda a la causa republicana. En 1964 escribió y se publicó su autobiografía “Historia de un ideal vivido por una mujer”.14 Falleció en Buenos Aires, a los 80 años de edad, el 31 de octubre de 1969.
Con información del Área de Museos