El 4 de septiembre de 1883, casi dos años después de la fundación de la ciudad, los fieles católicos vivieron una fiesta. Ese día, saludado con salvas de cañones, se inauguró la Iglesia Santa María del Carmen.

Hubo una procesión por las calles de la joven población y el sacerdote y capellán Manuel Rodríguez Álvarez estuvo a cargo de la ceremonia religiosa, bendijo el templo y rogó el amparo de la virgen.

De acuerdo al libro publicado por la Parroquia con motivo de los cien años de la fundación de la iglesia, en 1983, el templo parroquial “en el principio fue una capilla levantada en una pequeña parcela de tierra, que se reservó en las primeras mensuras dentro de las 256 manzanas que, juntamente con las 235 quintas y 164 chacras, constituían en ese entonces el ejido del pueblo de Necochea”.

De acuerdo a la crónica, “la capilla fue construida a pedido de tantos nuevos vecinos que afluían de la campaña y otros puntos para afincarse en su promisoria ‘xinconada’ del Quequén; y fue unánime el deseo de que se concretara tan noble aspiración”.

Los vecinos donaron los elementos para construir el primer templo. El edificio tenía ocho metros de frente por 25 de fondo.

Poco después se decidió construir un edificio acorde a la importancia que iba adquiriendo la ciudad.

El mentor de aquella obra fue el sacerdote italiano Pascual Quercia, que se había hecho cargo de la parroquia en 1894.

La edificación del nuevo templo comenzó el 6 de julio de 1897, año en que el presbítero Antonio Bernardi tomó posesión de la parroquia.

La señora Margarita V. de Pieres costeó el contrapiso del nuevo templo. También colaboraron en la construcción la Municipalidad, Eduardo Pieres, Alberto Nazarre, doña Baudilla Facio de Vázquez, Amadeo Muñoz, Federico Trelles y Cayetano Domaica. Otros aportaron dinero y otros elementos.

En tanto, el gobierno abonó el flete del nuevo altar mayor desde la Estación Constitución hasta Necochea.

Precisamente el párroco Bernardi inauguró el altar mayor del nuevo templo en 1889 y la primitiva casa parroquia.

Sin embargo, se debió aguardar hasta 1904 para que el sueño impulsado por el cura Quercia se hiciera realidad. En aquel año se inauguró finalmente el nuevo templo. Entonces se encontraba al frente de la iglesia local el sacerdote José R. Pando, quien impulsó la construcción de una nueva casa parroquial.

Con información del Área de Museos y el blog JuanJoséFlores.com.ar